lunes, 17 de febrero de 2025

Europa y China: La industria del automóvil pide evitar una guerra comercial

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha lanzado una advertencia sobre las consecuencias de una escalada comercial entre la Unión Europea y China. Su presidente y CEO de Mercedes-Benz, Ola Källenius, ha pedido a Bruselas que evite una guerra comercial con Pekín a raíz de la imposición de aranceles de hasta el 35,3% a los vehículos eléctricos chinos aprobados el pasado octubre.

"Es comprensible que la UE deba proteger su mercado interior y su economía frente a los actores que no respetan las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Sin embargo, las guerras comerciales no tienen vencedores", ha declarado Källenius, señalando que las medidas proteccionistas podrían no ser la mejor solución para garantizar la competitividad del sector.

Aranceles, subsidios y represalias

La decisión de la Comisión Europea de imponer estos aranceles surge de una investigación que concluyó que los subsidios del Gobierno chino permitían a los fabricantes asiáticos vender sus vehículos a precios más bajos que los europeos, una situación que vulnera las normas de la OMC.

El movimiento de Bruselas no tardó en encontrar respuesta en Pekín, que anunció investigaciones sobre las importaciones europeas de brandy, productos cárnicos y lácteos. Estas tensiones han generado incertidumbre en un sector que depende en gran medida de cadenas de suministro globalizadas y de un acceso fluido a los mercados internacionales.

Un mercado interior más resistente

Según Källenius, la clave no está en cerrar mercados, sino en fortalecer la competitividad europea sin poner en peligro el acceso a recursos esenciales. "La igualdad de condiciones no debe convertirse en un pretexto para restringir mercados ni dañar cadenas de suministro que han funcionado durante años", ha afirmado el presidente de ACEA.

La industria del automóvil europea necesita estabilidad para mantener la inversión y el empleo, algo que podría verse afectado por un aumento en las barreras comerciales. Por ello, Källenius ha instado a los líderes europeos a buscar una solución negociada con China que proteja la industria sin comprometer las relaciones comerciales.

El riesgo de nuevas tensiones con Estados Unidos

La incertidumbre también llega desde el otro lado del Atlántico. Con la posible vuelta de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, Europa podría enfrentarse a nuevos aranceles sobre los vehículos y componentes exportados a Norteamérica. "Europa y Estados Unidos tienen una relación de interdependencia en el sector automovilístico. Un aumento de las tensiones perjudicaría a ambas partes", ha advertido Källenius.

Las prioridades del sector para los próximos años

Ante estos desafíos, el presidente de ACEA ha fijado tres prioridades para garantizar la estabilidad y competitividad de la industria automovilística europea:

  1. Una transición realista hacia la descarbonización. Källenius ha pedido un enfoque más flexible que no penalice al mercado, permitiendo a los fabricantes cumplir con los objetivos sin sufrir costes desproporcionados.

  2. Un marco regulatorio que impulse la competitividad. Ha instado a aplicar las recomendaciones del informe del primer ministro italiano Mario Draghi, que aboga por mejorar la regulación en favor de la industria europea.

  3. Relaciones comerciales justas y libres. ACEA considera esencial fortalecer el comercio con China y Estados Unidos para proteger la economía europea y garantizar el crecimiento del sector.

Un llamado a revisar el Pacto Verde Europeo

Finalmente, Källenius ha puesto en cuestión el Pacto Verde Europeo, argumentando que su aplicación necesita mayor flexibilidad. Ha recordado que en 2024 las matriculaciones de vehículos eléctricos han caído un 6%, lo que podría poner en riesgo el cumplimiento de los objetivos de reducción de CO₂ en los próximos años.

En un contexto de creciente incertidumbre, la industria del automóvil europea apuesta por el diálogo y la cooperación internacional para evitar una guerra comercial que dañaría la competitividad del sector y el equilibrio del mercado global.