viernes, 27 de diciembre de 2024

Componentes críticos del automóvil ante el invierno: cómo protegerlos desde el taller

Con la llegada del frío intenso, tal y como anticipa la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) con un descenso importante de las temperaturas, las preocupaciones sobre el estado del vehículo aumentan. Durante esta época, determinados componentes sufren especialmente las inclemencias climatológicas, requiriendo una atención específica por parte de los talleres mecánicos. Mantener estos elementos en buen estado es fundamental para asegurar la seguridad, el rendimiento y la longevidad del automóvil.

La batería: el epicentro de los problemas invernales

En condiciones de temperaturas extremas, la batería se convierte en uno de los elementos más vulnerables. El frío ralentiza las reacciones químicas internas, reduciendo su capacidad de arranque y afectando directamente a los sistemas eléctricos. Un chequeo preventivo de su nivel de carga, el estado de los bornes y la edad del acumulador resultará clave.

Aceite y otros líquidos: la fluidez, esencial para el motor

La densidad del aceite puede verse alterada por el frío, dificultando la lubricación interna y generando un mayor desgaste en piezas móviles. Además, el refrigerante o anticongelante debe mantenerse en el nivel y concentración adecuados para evitar la formación de cristales de hielo en el circuito. Lo mismo se aplica al líquido limpiaparabrisas, cuya correcta formulación y nivel de llenado facilitan la visibilidad segura en carretera.

Neumáticos y frenos: agarre y respuesta

Los neumáticos pierden elasticidad con las bajas temperaturas, lo que compromete su adherencia. Unos neumáticos en perfecto estado, con la presión y el dibujo adecuados, facilitan la conducción sobre superficies húmedas o heladas. De igual modo, verificar el estado de los frenos y la suspensión ofrece una mayor estabilidad y capacidad de respuesta del vehículo en situaciones adversas.

Electrónica sensible: proteger componentes internos

El frío no solo afecta a las piezas mecánicas. La navegación, la conectividad y otros sistemas eléctricos pueden verse dañados por la acumulación de hielo o humedad. Recomendar el uso de descongeladores específicos de parabrisas, junto con rasquetas de plástico, ayuda a preservar la integridad de sensores y elementos electrónicos.

Estacionamiento: la importancia del refugio nocturno

Si bien no siempre es posible, estacionar el coche en un recinto cerrado durante la noche reduce el impacto del frío en todos sus componentes. En caso de tener que dejarlo en la calle, cubrir el vehículo con fundas adecuadas puede marcar la diferencia entre un arranque fluido y una mañana de contratiempos.

Seis consejos para talleres:

  1. Revisar la batería: medir su carga, comprobar conexiones y sustituirla si presenta signos de fatiga.
  2. Controlar el aceite y el refrigerante: asegurar la viscosidad y el nivel correctos para facilitar el encendido.
  3. Verificar el limpiaparabrisas: usar líquidos específicos resistentes a bajas temperaturas.
  4. Evaluar el estado de los neumáticos: garantizar la adherencia necesaria ante pavimentos fríos y húmedos.
  5. Inspeccionar sistemas eléctricos y electrónicos: prevenir daños por congelación o humedad.
  6. Aconsejar el refugio del vehículo: recomendar al cliente estacionar a cubierto o usar fundas protectoras.

Como taller, ofrecer asesoramiento y mantenimiento preventivo ante la llegada del invierno no solo refuerza la confianza del cliente, sino que también contribuye a mejorar la seguridad vial en condiciones difíciles. La anticipación y el cuidado de los componentes más sensibles al frío se convierten en la mejor estrategia para afrontar esta estación con total garantía