lunes, 16 de diciembre de 2024

Automoción en el carril lento: medidas y desafíos ante la caída de ventas y producción

La industria de la automoción vive tiempos de incertidumbre. La caída en las ventas de vehículos, especialmente los eléctricos, ha encendido las alarmas en un sector clave para la economía española. Aunque la situación en España no alcanza aún niveles críticos como en Alemania, el temor a ajustes y medidas drásticas es cada vez mayor. La transición hacia la electrificación de la flota y la pérdida de competitividad frente a países como China están generando un escenario complejo para fabricantes y proveedores.

Stellantis Figueruelas: el epicentro de la incertidumbre

El anuncio más significativo hasta la fecha es el ERTE temporal en la planta de Stellantis en Figueruelas, Zaragoza. A partir del 1 de diciembre de 2024 y hasta finales de 2025, esta medida afectará a 4.200 empleados de los casi 5.000 que trabajan actualmente en la factoría. El expediente, justificado por causas organizativas y productivas, comprende un máximo de 35 jornadas en 2024-2025 y 80 días de afectación individual.

Este anuncio llega tras la reciente supresión del turno de noche en la misma planta debido a la caída de producción, provocada, entre otros motivos, por la finalización del ensamblaje de modelos como el Opel Crossland y el Citroën C3 Aircross. Ahora, la planta se centra en el Opel Corsa, el Lancia Ypsilon y el Peugeot 208, modelos que sostienen, de momento, la actividad.

Impacto en el sector auxiliar y proveedores

El sector auxiliar y de componentes está pendiente de los efectos en cadena que puede generar el ERTE en Figueruelas. Aunque muchas empresas han diversificado su producción y ya no dependen exclusivamente de Stellantis, los cierres recientes de plantas como Airtex y Bosal, y los ajustes de empresas como Faurecia y Ti Automotive, reflejan la fragilidad del ecosistema industrial.

En particular, Ti Automotive, con sede en Tauste (Zaragoza), presentó recientemente un expediente que afecta a 60 empleados debido a la pérdida de pedidos. Desde los sindicatos, se advierte de posibles deslocalizaciones hacia Marruecos en un intento de reducir costes en la cadena de suministro.

Caída de ventas y el freno del vehículo eléctrico

La bajada de ventas es uno de los factores principales que explican esta situación. En Aragón, las matriculaciones de vehículos cayeron un 26,44% en octubre y acumulan un descenso del 22,59% entre enero y octubre de 2023, según datos de Anfac, Faconauto y Ganvam.

El vehículo eléctrico, que debería liderar la transformación del sector, no termina de despegar. Los consumidores siguen mostrando reticencias por la limitada autonomía de los modelos disponibles y la falta de infraestructuras de carga. A esto se suman factores como la competencia internacional, especialmente de modelos chinos más económicos y políticas medioambientales percibidas como desiguales e injustas en Europa.

Medidas y observación del sector

Para hacer frente a este escenario, el sector en Aragón ha puesto en marcha el Observatorio de la Automoción. Este organismo, compuesto por agentes sociales y económicos, tiene como objetivo analizar la situación y buscar soluciones viables. Las primeras conclusiones se esperan para finales de año y se trasladarán a las autoridades y al Ministerio de Industria.

Mientras tanto, la planta de Stellantis en Figueruelas confía en la llegada de la nueva plataforma STLA Small para coches eléctricos, prevista para 2027. Este proyecto incluye la próxima generación de modelos como el Opel Corsa eléctrico, el Peugeot 208 y, posiblemente, el DS3, aunque aún no existe confirmación oficial.

Un futuro lleno de desafíos

El horizonte de la automoción se enfrenta a dos años críticos. La combinación de factores como la caída de ventas, la lenta adopción del vehículo eléctrico y la competencia global plantea grandes desafíos para la industria. Sin embargo, la capacidad de adaptación de las empresas españolas, como la planta de Figueruelas, ofrece una base sólida para afrontar esta transición.

El sector automovilístico no solo debe lidiar con la situación actual, sino también prepararse para un futuro más sostenible, buscando un equilibrio entre competitividad, empleo y transición energética.