En un entorno de creciente incertidumbre en el mercado de los vehículos eléctricos, la Comisión Europea ha reafirmado su compromiso de prohibir la venta de coches de combustión en toda la Unión Europea a partir de 2035. Esta decisión persiste a pesar de la presión ejercida por el sector automovilístico, especialmente desde el gremio de concesionarios, que han manifestado la necesidad de una revisión urgente de las normativas de emisiones de CO₂ para adaptarse a la “realidad del mercado actual”.
La Postura del Sector Automovilístico y el Pedido de Flexibilización
La Asociación Europea de Concesionarios (Aecdr), en representación de entidades como Faconauto en España, ha enviado una carta a Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, solicitando que se adelante la revisión de los objetivos de emisiones contaminantes a 2025. Este pedido, que refleja el interés del sector en evitar un choque económico, busca ajustar el calendario a un contexto donde los vehículos eléctricos no han alcanzado la adopción esperada.
Frente a esta postura, altos ejecutivos de empresas clave en el ámbito de la automoción, transporte y energía, entre ellas Iberdrola, Volvo Cars y Uber, han defendido la necesidad de mantener el objetivo de cero emisiones en 2035. Para estos representantes, la transición es "factible y necesaria" para reducir las emisiones en un 55% hacia 2030, conforme al plan de Bruselas.
El Reto para los Fabricantes de Automóviles
Este debate cobra mayor relevancia en un momento donde gigantes automovilísticos como Volkswagen enfrentan importantes retos financieros, que podrían incluir el cierre de plantas en Alemania por primera vez en sus 87 años de historia. La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) alerta de que las nuevas normativas de emisiones, cuya primera fase entra en vigor en 2025, implicarían sanciones de hasta 15.000 millones de euros si los objetivos de reducción no se cumplen. Italia, en particular, ha solicitado una revisión exhaustiva de las normas, advirtiendo que podrían llevar al "colapso" de la industria europea ante la competencia de China y Estados Unidos, donde los fabricantes han recibido apoyos significativos de sus respectivos gobiernos.
Competencia y Desafíos en el Mercado Eléctrico Europeo
El mercado europeo de vehículos eléctricos está presenciando una rápida entrada de vehículos importados desde China, lo que ha provocado que algunos fabricantes europeos pidan una prórroga de los objetivos de emisiones y la implementación de aranceles a los vehículos eléctricos chinos. La organización ecologista Transport & Environment (T&E) ha estimado que, de no aplicarse nuevas medidas, el 27% de las ventas de eléctricos en Europa el próximo año podrían estar dominadas por modelos fabricados en China.
Las autoridades de la UE, conscientes de la competencia asiática, están considerando políticas industriales de protección. Según T&E, la introducción de aranceles sobre vehículos eléctricos chinos tiene sentido siempre que se mantengan los objetivos de reducción de CO₂, en busca de un equilibrio entre incentivar la producción europea y limitar la dependencia de importaciones extranjeras.
La Visión del Nuevo Comisario de Acción por el Clima
Wopke Hoekstra, próximo comisario europeo de Acción por el Clima, se ha posicionado a favor de mantener el objetivo de 2035, defendiendo la prohibición como esencial para proporcionar "previsibilidad a inversores y fabricantes" y fortalecer la competitividad de la industria automovilística europea. Hoekstra sostiene que las nuevas reglas son cruciales para reducir las emisiones y garantizar una transición ordenada hacia un transporte sin emisiones.
Este debate continúa generando divisiones en Europa, entre quienes ven la electrificación como el futuro ineludible de la movilidad y aquellos que consideran que una transición más gradual podría mitigar los impactos económicos y sociales en el sector automovilístico europeo.