Con el fin de las vacaciones, es fundamental para los talleres mecánicos entender los riesgos que la arena y el salitre en suspensión representan para los vehículos que circulan cerca de las costas. Estos elementos no solo afectan a los vehículos de los residentes permanentes en estas áreas, sino también a aquellos que visitan temporalmente las playas. Según ha explicado Reynaza Recambios, partner de Asboc, el mantenimiento adecuado es crucial para evitar daños significativos en diferentes componentes del vehículo.
Los componentes más afectados
1. Filtro de aire del motor:
La arena y el salitre no se limitan a la playa; también se encuentran en suspensión en el aire. Esto significa que pueden ingresar al motor a través del sistema de admisión de aire, especialmente si el filtro de aire del motor no está en óptimas condiciones. Los granos de arena pueden obstruir el filtro, lo que no solo reduce la eficiencia del motor, sino que en casos graves puede causar daños relevantes que podrían costar miles de euros en reparaciones. Aconseje a sus clientes que revisen y reemplacen el filtro de aire con regularidad, especialmente después de visitar zonas costeras.
2. Filtro de habitáculo:
Este filtro protege a los ocupantes del vehículo de impurezas como el polvo, bacterias y polen. Sin embargo, en zonas costeras, el filtro del habitáculo también tiene que lidiar con partículas de sal y arena. Si se obstruye, no solo compromete la calidad del aire dentro del vehículo, sino que también puede forzar el sistema de climatización, acortando su vida útil. Asegúrese de que los clientes comprendan la importancia de cambiar este filtro con regularidad, lo que además supone un coste relativamente bajo.
3. Escobillas del limpiaparabrisas:
La arena y el salitre pueden acumularse en las gomas de las escobillas, degradándolas rápidamente y afectando la visibilidad del conductor. Las escobillas desgastadas no solo dejan marcas en el parabrisas, sino que también pueden raspar el vidrio, lo que genera costes adicionales. Es recomendable que los talleres revisen estas piezas con frecuencia y las reemplacen según sea necesario, especialmente en vehículos que frecuentan zonas costeras.
4. Neumáticos y carrocería:
La combinación de arena y salitre es particularmente corrosiva para las piezas metálicas del vehículo, incluidas la carrocería y los componentes del tren de rodaje. La corrosión puede avanzar rápidamente si no se toman medidas preventivas. Los talleres deben recomendar lavados frecuentes del vehículo, incluso del chasis, para eliminar estos agentes dañinos y evitar la corrosión prematura.