La adopción de vehículos eléctricos e híbridos en España no está siguiendo el crecimiento esperado por las autoridades. Un estudio reciente de GiPA revela una tendencia: los españoles están perdiendo interés en estos modelos, optando en su lugar por vehículos con motores tradicionales de gasolina y diésel.
Aumento de la incertidumbre en la elección de tecnologías
La investigación destaca un incremento notable en la indecisión de los conductores a la hora de elegir un vehículo nuevo. En 2023, el 26% de los encuestados no sabía qué tecnología seleccionar, cifra que aumentó al 32% en 2024. Esta incertidumbre se debe a la diversidad de opciones disponibles (gasolina, diésel, GNC, GLP, microhíbrida, híbrida, híbrida enchufable, eléctrica e incluso de hidrógeno) y a la falta de claridad legislativa respecto a los planes de limitación del tráfico.
Preferencia por los motores tradicionales
A pesar de los esfuerzos por promover los vehículos electrificados, el interés de los conductores españoles por estos modelos sigue disminuyendo. En 2023, el 31% de los encuestados mostró interés en vehículos híbridos o eléctricos; sin embargo, esta cifra cayó al 26% en 2024. Los híbridos perdieron cuatro puntos porcentuales, pasando del 23% al 19%, mientras que los eléctricos puros descendieron del 8% al 7%.
Por el contrario, los motores tradicionales mantienen una presencia fuerte en el mercado. El 41% de los españoles prefieren vehículos de gasolina o diésel, casi sin cambios respecto al 42% del año anterior. La gasolina pierde ligeramente interés (del 22% al 20%), mientras que el diésel recupera un punto (del 20% al 21%).
Una tendencia europea
Esta tendencia no es exclusiva de España. En Italia, la misma consultora reportó que el 42% de los conductores prefiere vehículos de gasolina o diésel, comparado con el 29% en 2022. Solo el 7% de los italianos elegiría un eléctrico en su próxima compra, igual que en España.
El desinterés por los vehículos híbridos y eléctricos se extiende a nivel continental. Incluso en Alemania, con un mayor poder adquisitivo, las matriculaciones de vehículos eléctricos están disminuyendo.
Desafíos para el futuro
Las razones detrás de esta desconfianza hacia los vehículos electrificados incluyen su alto precio de compra y la escasez de puntos de recarga. La pregunta ahora es si la próxima generación de vehículos eléctricos, con precios más accesibles, o los coches de procedencia china, también más económicos, podrán revertir esta tendencia.
Por el momento, los motores tradicionales dominan el mercado, y se espera que la estructura de posventa no experimente cambios significativos en los próximos años. La transición hacia una movilidad sostenible parece estar en pausa, a la espera de soluciones que convenzan a los consumidores de los beneficios reales de los vehículos electrificados.