En una transformación del panorama automovilístico europeo, España ha emergido como el líder en el crecimiento de ventas de vehículos chinos dentro de la Unión Europea, desafiando las tendencias tradicionales y marcando un nuevo capítulo en la historia de la industria.
El ascenso de los fabricantes chinos en el mercado europeo ha despertado un interés palpable, y las cifras son elocuentes. En el periodo comprendido entre enero y septiembre, España ha registrado una penetración del 3,8% en matriculaciones de coches chinos, superando con creces las cifras del año previo. Este repunte se traduce en la comercialización de 27.174 turismos de marcas chinas, un salto cuantitativo que rebasa cuatro veces las unidades matriculadas en el mismo lapso de 2022.
Mientras el Reino Unido sigue liderando en términos de cuota de mercado con un 5%, es el incremento proporcional español el que captura la atención, evidenciando una dinámica de mercado particularmente receptiva a las ofertas asiáticas.
Italia no se queda atrás, con un incremento sustancial que la coloca en segunda posición. Con una cuota del 4,1% y 49.289 vehículos comercializados hasta septiembre, duplica los resultados del año anterior.
Por otro lado, Francia y Alemania, que constituyen los dos mayores mercados de la UE, presentan cifras más modestas, con penetraciones del 1,8% y del 1,4% respectivamente. A pesar de ello, Alemania ha experimentado un aumento significativo en la entrega de coches chinos, con un crecimiento interanual del 118,8%.
La preocupación europea ante el progreso chino
Este fenómeno va más allá de una mera estadística comercial; refleja un cambio profundo en el escenario automovilístico global. Las empresas europeas están perdiendo terreno no solo en casa, sino también en el mercado chino, considerado el más grande del mundo. Desde 2019, la presencia europea ha mermado considerablemente. Previo a la pandemia, las ventas de firmas europeas representaban el 74,2% en la Unión Europea, descendiendo al 70,6% al cierre de 2022. Paralelamente, las compañías chinas han visto cómo su cuota de mercado ha escalado del 0,4% en 2021 al 1,3% en 2022, según la patronal europea de fabricantes ACEA.
En su territorio, las firmas chinas han incrementado su dominio, pasando de una cuota de ventas del 36,1% en 2019 a un notable 44,8% al finalizar el año pasado.
El impacto en los grandes consorcios europeos
No todas las marcas europeas enfrentan el mismo nivel de exposición a estos cambios. Por ejemplo, fabricantes alemanes como BMW y Volkswagen se ven particularmente afectados, con un porcentaje considerable de sus ventas y beneficios atados al mercado chino. BMW ha logrado recientemente cifras récord gracias a su joint venture BMW Brilliance Automotive en China, mientras que Volkswagen lidia con desafíos adicionales dados su dependencia del mercado chino y su posición limitada en Norteamérica.
Por otro lado, Stellantis y el Grupo Renault cuentan con una menor presencia en China, lo que les confiere cierta ventaja estratégica, permitiéndoles replantearse nuevas asociaciones y estrategias de mercado en el gigante asiático.