En un entorno empresarial en constante cambio, la industria de suministros de automoción se encuentra en un punto de inflexión. Según el estudio más reciente de CLEPA y McKinsey & Company, basado en más de 150 respuestas de proveedores del sector, se vislumbra una mezcla de optimismo cauteloso y retos significativos.
Por un lado, cerca de la mitad (49%) de los proveedores de automoción proyecta un aumento en sus ingresos durante el próximo año, un indicio prometedor de recuperación y adaptabilidad. Este optimismo se ve reforzado por una mejora en la rentabilidad operativa anticipada para 2023, con un 56% de los proveedores esperando una rentabilidad inferior al 5%, un avance notable en comparación con el 76% del año anterior.
Sin embargo, la industria no está exenta de desafíos. Un porcentaje significativo (43%) de los proveedores muestra preocupación por la competitividad en la UE, y un 41% cree que otras regiones, especialmente Asia, están avanzando más rápidamente en la adopción de nuevas tecnologías. Además, los altos costes de producción y la dificultad para trasladar estos costes a los fabricantes de equipos originales continúan siendo una preocupación mayor, afectando directamente la estructura de costes y la competitividad de los proveedores europeos.
Lukas Michor, de McKinsey, destaca la persistente incertidumbre en el sector, exacerbada por la inestabilidad de las perspectivas de volumen y la ambigüedad en torno a la previsión a nivel de plataforma de vehículos. A esto se suma la presión de la necesidad de financiar la transición ecológica y digital, que requiere inversiones considerables.
Benjamin Krieger, de CLEPA, enfatiza la importancia de mantener inversiones significativas para enfrentar la doble transición ecológica y digital y mantener la competitividad global. Resalta la necesidad de un mayor apoyo normativo para fortalecer la ventaja competitiva de la industria europea.
El estudio también revela una división en la percepción de China como un mercado clave: mientras un 34% de los proveedores está reduciendo su dependencia del mercado chino, un 29% sigue viéndolo como un componente esencial de su estrategia de crecimiento futuro.
A pesar de los retos, los proveedores europeos mantienen una actitud proactiva hacia el futuro, equilibrando la reducción de costes con inversiones específicas y dando prioridad a la digitalización. La transformación digital se presenta como un pilar fundamental en las estrategias de crecimiento, especialmente en áreas como I+D, producción y gestión de la cadena de suministro.