Los resultados de la última encuesta de “Pulse Check”, realizada por la Asociación Europea de Proveedores de la Industria de Automoción (CLEPA) y McKinsey, revelan la recuperación del optimismo sobre el futuro del mercado automovilístico. De acuerdo con el informe, el 35% de los proveedores europeos espera un crecimiento positivo del sector. Esta cifra representa un cambio significativo con respecto a la encuesta del año pasado, en la que el 70% de los proveedores de la industria se mostraron pesimistas.
Según análisis de McKinsey, aunque la perspectiva del mercado en general ha mejorado, la presión sobre los beneficios de los proveedores sigue siendo una preocupación relevante para el sector. Asimismo, se percibe un levantamiento gradual después de dos años difíciles para la economía mundial debido a las consecuencias de la pandemia.
Para superar este escenario, muchos proveedores siguen enfocados en acciones para mejorar sus beneficios mediante tres estrategias principales:
- Presionar a los fabricantes para que compensen los costes: Negociar con los fabricantes de automóviles para que compartan o absorban parte de los costes adicionales, de modo que no recaigan únicamente sobre los proveedores.
- Controlar más eficientemente los costes directos e indirectos: Optimizar la gestión de costes sobre materiales, mano de obra, fabricación, así como los gastos administrativos, logísticos y de marketing.
- Adaptar sus carteras de productos: Actualizar la oferta de productos para satisfacer las cambiantes demandas del mercado, buscando siempre identificar las tendencias del sector, así como las preferencias de los consumidores.
A pesar de los esfuerzos de muchas empresas para ajustar precios y fortalecer la cadena de suministro, al tiempo que se enfocan en la movilidad eléctrica, los actores de la industria automovilística aún se preocupan por la posibilidad de una recesión y los efectos de la inflación. Con todo, cada vez más proveedores están adoptando una postura proactiva al hacer frente a los desafíos a largo plazo, explorando nuevas oportunidades de inversión para estimular el crecimiento en el futuro.
Uno de los desafíos estratégicos clave es la necesidad de inversiones y el acceso a trabajadores calificados. Aunque la rentabilidad está bajo presión, solo una minoría de proveedores tiene la intención de reducir las inversiones (37%) o los gastos en I+D (18%). En términos de contratación de personal, los ingenieros continúan siendo el grupo más buscado, ya que el 76% de los proveedores afirma que encontrar y contratar a estos empleados se ha vuelto más difícil en los últimos cinco años. Además, sigue existiendo una alta demanda de desarrolladores de software (38%) y expertos en compras de suministros (35%).