Por otro lado, según lo establecido por los eurodiputados y la Presidencia del Consejo Europeo, los camiones y autobuses tendrán puntos de carga cada 120 km, conformados por dos estaciones para camiones ubicadas en sitios seguros y vigilados. Su rango de potencia ha sido establecido entre los 1400 y los 2800 kW, y deberán estar distribuidos en la mitad de las principales rutas europeas, con 2028 como fecha límite.
La Unión Europea también quiere simplificar los métodos de pago. Los dueños de coches eléctricos y combustibles alternativos deben tener un acceso fácil y conveniente al pago de estos puntos de carga. Esto significa ofrecer compatibilidad con tarjetas de crédito y débito, como también con tecnología contactless y códigos QR.
Estas estaciones tendrán la obligación de mostrar claramente el precio del combustible. Es decir, establecer el coste por kWh, por minuto o por kg. La Unión Europea establece que deben ser "razonable, fácil y claramente comparable, transparente y no discriminatorio" para los dueños de vehículos eléctricos.
Hidrolineras, cada 200 km para 2031
En cuanto a las hidrolineras de vehículos con pila de combustión, la Unión Europea ha establecido que para 2031 deberá haber una estación cada 200 km en la RTE-E. De esta forma, los coches con métodos alternos de combustión tendrán un futuro cubierto en la mayor parte de las principales vías del continente.Este plan llega como un intento de descarbonizar el sector del transporte, facilitando el uso de vehículos eléctricos. Después de todo, tal y como ya comentaba Ismail Ertug, diputado del Parlamento Europeo, este "sigue siendo responsable de una enorme parte de las emisiones". Con esta nueva infraestructura capaz de soportar tecnologías de recarga más limpias, podríamos ver "la transición hacia una Europa climáticamente neutra", apunta Ertug.
La propuesta todavía tiene que ser aprobada por el Comité de Representantes Permanentes del Consejo y la Comisión de Transportes y Turismo del Parlamento. Posteriormente, tendrá que pasar por el Parlamento y el Consejo en conjunto. Solo después de esto podremos ver la respuesta de la Unión Europea a este acuerdo provisional.
Esta decisión llega en pleno debate por la prohibición de venta de coches de combustión para 2023 y de la que Alemania ha conseguido un pequeño gran triunfo al conseguir una salida a estos motores con el uso de los efuels, que si bien hoy aún son extremadamente caros (llenar un depósito puede suponer unos 2.500 euros), se espera que su coste de producción se reduzca considerablemente de aquí a ese horizonte de 2035.