Los coches recibidos, según explica la propia Benemérita, se reparten entre dos modelos de origen japonés. De este modo, los agentes estrenan 30 Toyota Land Cruiser destinados al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona). Además, otras 26 unidades de este modelo se usarán contra la lucha del narcotráfico en el Campo de Gibraltar.
Por último, al parque móvil de la Guardia Civil se han unido un total de 165 unidades del Mitsubishi Eclipse Cross, distribuidos en diferentes unidades de Seguridad Ciudadana. El valor total de los vehículos recibidos asciende a nueve millones de euros.
Está previsto que en el próximo ejercicio presupuestario se adquieran otras 1.800 nuevas unidades, con un gasto estimado de 70 millones de euros. La Guardia Civil, asimismo, destinará otros 5,6 millones de euros al alquiler (mediante renting) de 1.300 vehículos para unidades de investigación.
A estos hay que añadir los 2700 adquiridos entre 2020 y 2021. De este modo, según explica la Guardia Civil, con estas inversiones, “muy por encima de la media de reposición de los últimos 10 años, se pretende avanzar en un parque móvil moderno, eficiente y sostenible”.
Los nuevos coches de la Guardia Civil, en detalle
El instituto armado no ha concretado que versión exacta de los modelos ha añadido a su flota, pero ambos se venden con una única motorización en nuestro país.
El Toyota Land Cruiser, todoterreno de 4,84 metros de longitud, se comercializa con tracción 4×4 y un motor diésel de 204 CV. Homologa un consumo de entre 9,1 y 9,3 l/100 km y unas emisiones de entre 237 y 244 gramos de CO2 cada 100 kilómetros. Su precio parte de los 53.900 euros.
Por su parte, el Mitsubishi Eclipse Cross, algo más pequeño, es un SUV de 4,54 metros con mecánica eléctrica híbrida enchufable. Se vende, sin promociones ni subvenciones del plan Moves, desde 43.400 euros. Con etiqueta Cero de la DGT, homologa una autonomía eléctrica de unos 45 kilómetros. En sus primeros 100 kilómetros, el consumo medio es de dos litros, con unas emisiones de 46 g/km CO2.