Los clientes con un consumo de combustible más reducido han recortado su gasto, mientras que los que tenían un consumo más elevado lo han aumentado, según se desprende del informe. Así, los usuarios que menos gastaron en carburantes en julio de 2019, antes del inicio de la pandemia, han reducido su consumo un 20,7% en julio de este año.
Por su parte, el consumidor medio ha incrementado su gasto en carburantes. En concreto, ha destinado un 13,2% más de sus recursos económicos en julio de este año que en el mismo mes de 2019. De esta manera, ha mantenido la tendencia registrada durante el primer trimestre del año, cuando tuvo que desembolsar un 12,8% más para llenar el depósito de su vehículo.
Asimismo, los clientes que ya tenían un consumo por encima de la media han aumentado su gasto en combustible, que ha crecido entre un 17,1% y un 25,7% respecto julio de 2019.
Compensar la subida de precios del combustible
"Se observan mayores incrementos en los percentiles superiores de consumo de carburante, lo que muestra que estos consumidores poseen una mayor capacidad para aumentar su gasto", manifiesta la entidad financiera en el informe, si bien puntualiza que "el incremento de este último fue menor que el del precio de los carburantes, lo que apunta a un ajuste de los litros consumidos".
A pesar de que "todos los consumidores reaccionaron a la subida de precios ajustando su consumo", según indica el banco, "no todos tuvieron la misma capacidad para compensar la subida de precios".
Por ese motivo, "los que gastaban más en carburante en 2019 seguramente han tenido menos capacidad de ajustar la demanda en 2022, porque se trata de un gasto más imprescindible o disponen de una mayor capacidad para absorber el aumento de precios".
"Sin embargo, los que gastaban menos en carburantes redujeron más su consumo, bien realizando menos desplazamientos o sustituyendo el vehículo propio por el transporte público", asevera.