Se trata del cuarto incendio conocido de un I-Pace. Este hecho reabre la polémica de los coches eléctricos, que han sufrido diversos incendios desde que sus ventas han aumentado. No es un suceso frecuente, pero la pregunta del millón es esa: ¿por qué puede incendiarse un vehículo eléctrico?
Causas de los incendios espontáneos
El principal componente presente en la mayoría de los eléctricos del mercado es la batería de iones de litio, compuesta de pequeñas celdas individuales donde se almacena la electricidad.
Estas celdas están formadas por dos electrodos (ánodo y cátodo) y sal de litio, un líquido electrolito muy conductor y necesario para que pase la energía de un electrodo a otro.
Se han realizado diferentes estudios sobre las posibles causas que originan estos incendios. Y no se ha llegado a una conclusión clara, aunque sí se ofrecen varias pistas.
Para empezar, la mayoría de los incendios se producen cuando el sistema eléctrico está en funcionamiento, ya sea en marcha o, cuando funciona en el sentido contrario, es decir, recargándose. Pero también puede generarse una combustión espontánea con el coche estacionado y apagado.
Una batería de este tipo el litio se puede degradar y desencadenar un proceso que pone en contacto el ánodo y el cátodo, generando un cortocircuito. A continuación, los gases inflamables inician un proceso de combustión. Además, no se trata de una combustión convencional y por eso es tan difícil de sofocar después.
Coches eléctricos: fuego sin oxígeno
Y es que si en una combustión tradicional tienen que existir combustible y comburente (normalmente oxígeno), una batería puede arder sin oxígeno, ya que tiene el gas suficiente en su interior para generar una explosión y posterior incendio.
También hay multitud de factores que pueden influir en el posible incendio de una batería de este tipo. Para empezar, la temperatura exterior. Si es verano y hace mucho calor, hay que tener especial cuidado.
Aunque el principal peligro lo representan los cargadores rápidos, que emplean corriente continua y operan a una mayor potencia. Esta somete al sistema a temperaturas muy elevadas, lo que acaba por resultar peligroso, incluso con el precalentamiento que llevan a cabo muchos coches eléctricos.
Este precalentamiento es otra de las causas por las que puede generarse un incendio. Por regla general, los eléctricos de gama alta (como Tesla y otras marcas premium) suelen acondicionar la batería antes de comenzar la carga.
Sin embargo, cualquier mínimo fallo en el sistema puede llevar al desastre, debido al choque térmico que se produce entre la batería fría y la corriente de energía que llega a temperatura elevada. Y ni siquiera este preacondicionamiento es garantía de que no se produzca ese temido choque térmico, ya que en los últimos años se han visto decenas de Tesla incendiados.
Peligro de incendio con las baterías de otros dispositivos
No solo los vehículos eléctricos pueden incendiarse en determinadas circunstancias. Es famoso el caso de un teléfono móvil de Samsung que comenzaba la ignición de forma espontánea y sin una causa aparente.
Algunos peritos de compañías de seguros que estudian siniestros con incendios aseguran que muchos se producen al cargar patinetes eléctricos o la baterías de los drones. Cualquier sobrecarga o cortocircuito pueden iniciar el desastre.
Por eso, es recomendable no dejar cargando estos dispositivos ni solos en casa ni por la noche, además de retirarlos del enchufe una vez lleguen a su carga máxima y lo antes posible, para no recalentar la batería.