Esta cifra prácticamente iguala los niveles prepandemia, dado que en el período enero-julio de 2019 el sector vendió por valor de 6.350 millones de euros, un 0,5 más que este año.
En los resultados absolutos influye claramente la situación inflacionista actual. De hecho, las entradas de vehículos a los talleres muestran un crecimiento del 5 por ciento.
Así mismo, la factura media del taller se ha elevado en torno a un 2,5 por ciento con respecto al mismo período del año anterior, debido fundamentalmente al aumento de precios de los recambios, neumáticos y materiales de pintura. La mano de obra experimenta un ligerísimo aumento por efecto de la inflación.
La rentabilidad cae más de un 20%
Tan solo uno de cada cuatro talleres ha ajustado en los últimos meses su precio/hora a la subida de costes de su empresa, lo que repercute negativamente en su rentabilidad, que desciende por encima del 20 por ciento. Dos de cada tres empresas del sector prevén elevar su mano de obra en los próximos tres meses.
“Los talleres trabajan más y facturan más, pero ganan menos, lo que representa una amenaza en momentos en los que son necesarias inversiones constantes en equipamiento y formación”, señala Víctor Rivera, secretario general de Conepa.
Por especialidades, tanto la electromecánica como la carrocería (chapa y pintura) experimentan similar evolución en cuanto a demanda. En la primera, se incrementan las operaciones de reparación sobre las de mantenimiento preventivo, tendencia distinta a la registrada en 2021, mientras que la segunda se beneficia de los mayores niveles de movilidad de los automovilistas españoles.
Falta de personal, segunda preocupación de los talleres
La evolución del empleo denota continuidad. En España unas 151.000 personas trabajan en el sector de la reparación y mantenimiento de vehículos. Tras una leve bajada en 2020 por efecto de la pandemia, el nivel de empleo anterior a la misma se recuperó a finales de 2021 y permanece estable.
Precisamente es la falta de personal, la segunda entre las principales preocupaciones de los talleres. Así lo demuestra la encuesta de Conepa relativa a los motivos de inquietud de las empresas del sector. En esta ocasión, el listado lo encabeza la incertidumbre del segundo semestre, con la subida inquietante de los precios y especialmente de los combustibles. La situación internacional augura una pérdida del poder adquisitivo de los clientes y una reducción drástica del kilometraje medio, lo que se traducirá en menos operaciones y con menos rentabilidad.
La presión normativa, que se traduce en un aumento de las obligaciones legales de los talleres y del número de inspecciones, aparece en tercer lugar.