La infracción detectada por los agentes de la Policía de San Francisco fue algo impensable en un coche autónomo o en cualquier automóvil reciente con un sistema automático de encendido de la iluminación gracias a los sensores: circulaba con los faros delanteros apagados en plena noche.
Un coche patrulla de la policía se detuvo detrás del coche autónomo de Cruise, de la misma forma en lo hacen con cualquier otro vehículo interceptado. Después de un intento de los agentes de abrir las puertas del turismo, que estaban bloqueadas, y al comprobar que no había nadie en su interior, los policías se alejaron un poco. Fue en ese momento cuando el 'software' del coche autónomo decidió avanzar por su cuenta y alejarse de la policía en lo que parecía una cómica 'huida'.
'Comportamiento' normal
El coche se detuvo tras recorrer unos pocos metros y la escena se repitió con los agentes de policía inspeccionando el interior e intentando sin éxito abrir las puertas. Pero esta vez el coche no volvió a escapar. La escena fue presenciada por varios transeúntes que la grabaron en vídeo y a los que se puede escuchar comentando con sorpresa y risas la persecución policial.
Según explicó Cruise, no hay nada anormal en este 'comportamiento' del conductor en forma de programa informático. "Nuestro vehículo autónomo cedió el paso al vehículo policial, luego se detuvo en el lugar seguro más cercano, como estaba previsto. Un oficial se comunicó con el personal de Cruise y no se emitió ninguna citación". Al parecer, tampoco se abrió expediente ni se multó al conductor.