Porsche Engineering abordó esta cuestión junto con Porsche AG y CARIAD, una empresa de software y tecnología del Grupo Volkswagen, como parte de una prueba de Big Data Loop. La prueba pretendía demostrar cómo todas las funciones basadas en la inteligencia artificial (IA) pueden desarrollarse continuamente en el futuro.
La solución se asemeja a un bucle
Los datos del vehículo se transmiten de forma inalámbrica a la nube, donde se utilizan para seguir entrenando la IA. Después, el algoritmo mejorado se pone a prueba y el ciclo vuelve a comenzar.
El objetivo es crear un ciclo interminable de observación y aprendizaje que mejora continuamente el rendimiento de la asistencia al conductor. Por eso se seleccionan situaciones específicas de las que la IA puede aprender algo.
Esta tarea la realiza el llamado SceneDetector en el Taycan. Una vez que el SceneDetector ha encontrado cinco situaciones potencialmente instructivas, transmite a un servidor los datos correspondientes a través de la radio móvil. En la nube, aumenta la cantidad de material ilustrativo.
Todos los casos en que se produce un cruce del vehículo precedente, real o simulado, se utilizan para entrenar una red neuronal en la nube. Mediante la observación, aprende a reconocer los indicios de un próximo cambio de carril, de forma similar a un conductor humano. Esto permite al ACC frenar con suavidad, casi exactamente como un conductor.
A largo plazo, el vehículo podría desarrollar literalmente un sentido para el comportamiento de otros usuarios de la carretera. Lo que será un paso importante hacia el vehículo de aprendizaje permanente.