Está claro que el propósito de los asistentes de conducción es el de salvar vidas y reducir el número de accidentes de tráfico. Los fabricantes tratan de mejorar el funcionamiento de estas ayudas, y la Unión Europea de obligar a las marcas a incluirlos en el equipamiento de serie, ya que no tiene sentido que muchos sean opcionales.
Es por ello que, a partir de 2022, hasta 10 asistentes distintos serán obligatorios en los vehículos de nueva homologación. Pero ¿por qué pueden contribuir los sistemas ADAS a la desaparición del cambio manual?
Doble esfuerzo económico
Por un lado, mantener el cambio manual supone un doble esfuerzo económico de desarrollo para las marcas, pues deben configurar los ajustes por duplicado, tanto para las transmisiones manuales como para las automáticas, cuando ya se venden casi más coches con esta última.
Un informe de 'Automotive News Canada' apunta que algunos fabricantes ya han señalado que el funcionamiento de determinadas ayudas es más fácil en los automáticos que en los manuales. Uno de los que citan es la frenada autónoma de emergencia (AEB), una de las que será obligatoria desde 2022 en los coches en Europa.
Según dicho informe, tanto marcas premium alemanas, como alguna marca japonesa, aducen la complejidad que supone ajustar el sistema a las dos transmisiones, lo que después no se traduce en la cuenta de resultados. De hecho, Subaru prescinde del freno de estacionamiento electrónico y del sistema de prevención de accidentes 'Eyesight' en sus modelos manuales.
Un obstáculo más en el camino de las transmisiones manuales para que sigan perdurando en el tiempo y no solo en los grandes deportivos, al que se suma también la electrificación. Una caja de cambios manual es incompatible con los híbridos y los eléctricos, por lo que el futuro de esta transmisión se antoja cuando menos complicado.