La Estrategia para una Movilidad Inteligente y Sostenible es una piedra angular del Pacto Verde, el gran eje de la política energética y medioambiental de la Comisión para que la UE alcance la neutralidad climática en 2050. "Lo que tenemos que intentar es satisfacer las necesidades de los europeos", que salvo por la interrupción de la pandemia cada vez viajan más, y "al mismo tiempo hacer decrecer la huella de carbono del transporte", ha dicho el vicepresidente de la CE para el Pacto Verde, Frans Timmermans.
El plan de trabajo sobre un sector que supone el 5 % del PIB de la UE y 10 millones de empleos cuenta con 86 iniciativas a desarrollar en los cuatro años de mandato que le restan al Ejecutivo comunitario de Ursula von der Leyen y fija objetivos para 2030, 2035 y 2050.
La Comisión Europea quiere las ciudades apuesten por mejorar la calidad del aire y rebajar las emisiones a través de servicios compartidos y colaborativos de coches, el uso de bicicletas y el desarrollo de la micromovilidad. Y se fija el objetivo de conseguir que para 2030 haya 100 urbes europeas climáticamente neutras.
Nuevos objetivos para diésel y gasolina
El transporte rodado es responsable del 12 % del CO2 de la UE. Al término de esta década, la Comisión quiere que haya 30 millones de coches y 80.000 camiones "cero emisiones" en las carreteras europeas. Y en 2050, prácticamente no deberían quedar coches, furgonetas, autobuses o camiones contaminantes, siempre con la misma filosofía política: "el que contamina, paga".
La Comisión propondrá en junio de 2021 una revisión de los estándares para los coches y furgonetas y en 2022 hará una propuesta sobre vehículos pesados. Bruselas también explora incluir el transporte rodado en el sistema de comercio de emisiones ETS, modificar la fiscalidad, aplicar tarifas viales o revisar las normas sobre masas y dimensiones de los vehículos pesados.
Cuenta, además, con impulsar el "despliegue a gran escala de combustibles sostenibles renovables y con bajas emisiones de carbono", así como retirar los vehículos más viejos y contaminantes de la circulación.
Más trenes y menos aviones
Por otra parte, la Comisión quiere doblar el tráfico de pasajeros en líneas de tren de alta velocidad para 2030 y triplicarlo para 2050, para lo que Bruselas esboza ideas como simplificar el uso y la compra de billetes transfronterizos y liberalizar los mercados ferroviarios para que el ferrocarril sustituya a los aviones en distancias inferiores a los 500 kilómetros.
Los trenes funcionan generalmente con electricidad y, si esta se genera con fuentes renovables, es un medio de transporte poco contaminante. La flota impulsada con sistemas de diésel sería sustituida por hidrógeno, energía limpia en la que hay depositadas grandes esperanzas. Además, la Comisión quiere que "una parte sustancial del 75 % del transporte de mercancías interior que se transporta actualmente por carretera" pase "al ferrocarril y las vías navegables interiores".
Con ese fin, quiere aumentar un 50 % el transporte de mercancías por tren en 2030 y doblar su capacidad en 2050, un concepto que entronca con el de "transporte multimodal", de forma que para 2030 pueda competir "en pie de igualdad con el transporte por carretera en la UE".
Esto implicará completar la Red TEN-T, iniciativa para incrementar la infraestructura y mejorar la interoperabilidad de los trenes incluidas las líneas de alta velocidad, donde se enmarcan los proyectos del Corredor del Mediterráneo (Algeciras-Barcelona-Marsella-Milán-Ljubljana-Budapest) y el Corredor Atlántico (Lisboa-Vitoria-Estrasburgo).
Asimismo, la Comisión espera que en 2035 estén operativos los aviones "cero emisiones" y cinco años antes los "buques transoceánicos cero emisiones".