En este sentido, realizar revisiones periódicas es imprescindible para circular con seguridad y conservar en estado óptimo la salud de los vehículos. Los plazos los establece cada fabricante a través del libro de mantenimiento, y estos vendrán determinados en función del número de kilómetros recorridos y su antigüedad.
A este respecto, según un estudio realizado por la consultora GIPA, los españoles se gastan de media 228 euros en las revisiones recomendadas por el fabricante. La carrocería, las averías de motor, las lunas y los neumáticos se llevan la mayor parte del gasto de un coche, después de las revisiones. Esto se traduce en que de media un coche le cuesta a cada español un mantenimiento de 4.364 euros los primeros diez años.
A mayor antigüedad, mayor coste de mantenimiento
Asimismo, apuntan que los automóviles de entre 5 y 9 años de antigüedad son los que más gastos ocasionan a sus propietarios, pero son los que superan los 10 años los que generan el 28% de la facturación en los talleres (en 2019).
A mayor antigüedad del vehículo, mayor es su coste de mantenimiento y su reparación. Este dato es relevante teniendo que, como ya conoce el sector, España tiene un problema con el envejecimiento del parque automovilísitico: según datos de la patronal Faconauto, la media nacional se encuentra ya en los 12,7 años, una de las más altas de Europa..
En el caso de los vehículos eléctricos, la automovilística Peugeot afirma que su mantenimiento cuesta un 30% menos que el de uno de combustión (lo que no dice es cuánto más es el coste de adquisición, al menos en el actualidad). Esto se debe, como sabemos, porque son más sencillos a nivel mecánico: mientras un automóvil convencional tiene alrededor de 30.000 piezas, uno eléctrico tiene casi un 60% menos.