Sus beneficios son numerosos. Por un lado, el HVO permite transformar de manera eficiente y sostenible un residuo orgánico (aceite y grasas que proceden de cocinas) en carburante. Además, emite hasta 90 veces menos gases de efecto invernadero que un diésel convencional, ya que el hidrógeno es el agente catalizador.
Como tampoco contiene oxígeno ni azufre, expulsa menos emisiones NOx y partículas, y los vehículos arrancan mejor en frío. Aunque también ofrece algunos inconvenientes, son muchas ventajas como para no plantearse un posible uso en un futuro no tan lejano.
Apto sin necesidad de modificaciones
Algunos fabricantes ya han probado el HVO en sus vehículos y los resultados han sido más que satisfactorios. Hace pocos meses, Ford testó aceite vegetal hidrotratado en el motor EcoBlue 2.0 de sus furgonetas Transit. Las pruebas demostraron que no es necesario hacer ningún desarrollo adicional del combustible antes de que pueda usarse en los motores de estos vehículos.También el Grupo PSA (Citroën, DS, Peugeot y Opel) ha confirmado que el HVO puede utilizarse sin problema en sus motores diésel Euro 5 y Euro 6 sin necesidad de efectuar modificaciones en el sistema de alimentación de combustible.
El uso de este diésel renovable y limpio sí está más desarrollado en el transporte marítimo, en autobuses y en camiones. Algunas marcas como Volvo, Mercedes-Benz y Scania ya lo emplean desde hace años en sus vehículos pesados. Porque hasta el momento, son las empresas de transporte las grandes usuarias del HVO.
De hecho, la principal productora mundial de HVO100 (es decir, de aceite vegetal hidrotratado en estado puro) es la petrolera finlandesa Neste. La compañía ofrece este combustible de forma pura en 70 estaciones de servicio de Finlandia, al igual que en todas las capitales bálticas (Riga, Tallin y Vilnius), y su objetivo es aumentar la producción y la apuesta por este diésel de origen orgánico en los próximos años.
¿Qué pasa en España?
En España no está a la venta el HVO100, el combustible en estado puro. Además, la mayor parte del hidrobiodiésel que se produce procede de los aceites de colza, girasol y soja. El aceite de cocina usado juega un papel más residual.“El HVO es un carburante caro de producir, porque el hidrógeno es un factor limitante en la producción, que es baja. Probablemente en el futuro adquiera mayor importancia”, señala a El País el responsable de biocarburantes de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), Manuel Bustos, quien apunta una de las desventajas de este combustible limpio: su precio. “La inversión que las petroleras deben hacer para crear una planta específica de producción es mucho más elevada, lo cual es una barrera importante para dar salida a este producto”, señala.