Los talleres de reparación tienen que estar preparados para que, una vez todo regrese a la normalidad, muchos conductores acudan a los centros para reparar averías en sus vehículos provocadas por la falta de movimiento.
Según un estudio de Autocasion.com, los fallos más frecuentes en un coche inactivo en largos períodos de tiempo se producen en los mismos elementos... por lo que podrían ser las averías más recurrentes con las que se enfrentarían los talleres tras el estado de alarma.
Las averías más recurrentes por inactividad
La batería. Las baterías se autodescargan aun estando en reposo, pues se cargan y descargan a través de reacciones químicas reversibles en las que intervienen tanto el electrolito de la batería (elemento líquido) como las placas acumuladoras.Se estima que las baterías sin mantenimiento, a una temperatura ambiente media, pueden perder diariamente en torno a un 0,15% de su carga, cifra que se incrementa en el caso de baterías en el final de su vida útil.
El motor. Para funcionar con normalidad necesita moverse al menos una vez al mes. Y es que de pasar largos periodos inactivo, los aros de los pistones pueden pegarse o el aceite perder sus propiedades.
Las fugas de aceite. Precisemente, los elementos encargados de la estanqueidad del motor necesitan contacto con aceite, es posible que de mantenerse durante un largo período sin actividad, las juntas se resequen y se agrieten.
El circuito de refrigeración. La inactividad en motores refrigerados por agua pueden causar importantes averías en los manguitos, la bomba de agua o el termostato.
La distribución y "taqueteo". Los taqués pueden fallar por la falta de uso en el vehículo. El coche emite un sonido similar a un "taca-taca-taca" en la parte alta del motor.
La caja de cambios y los diferenciales. Necesitan aceite para mantenerse lubricados y evitar que se oxiden los piñones, sincronizadores o las horquillas.
Los neumáticos. Cuando un vehículo pasa mucho tiempo sin moverse, el peso termina por deformar los neumáticos. Por eso, se recomienda a los conductores mover el vehículo aunque sea unos centímetros cada dos/tres semanas.
El aire acondicionado. Estos elementos también necesitan lubricarse para funcionar correctamente. Lo recomendable es que sean conectados al menos una vez al mes, así el compresor, las juntas de estanqueidad y el filtro se mantendrán en buen estado.
Los elevalunas eléctricos. El motor que eleva el cristal se encuentra en la puerta y se expone a humedad. La inactividad del automóvil puede provocar que este se oxide con mayor rapidez.
La bomba, el limpiaparabrisas y los faros. Es posible que estos elementos fallen como consecuencia del consumo eléctrico que provoca un propulsor eléctrico agarrotado.
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