La DGT asegura que no se encuentra en estudio ninguna modificación al respecto, calificando como "estable" la clasificación del parque de vehículos en base a sus emisiones contaminantes, negando por tanto lo adelantado por ciertos medios. El organismo incluso llega a calificar como "noticias falsas y no contrastadas" estas informaciones, además de lamentar que los ciudadanos se hayan podido sentir perjudicados en su buena fe por estas informaciones.
Las publicaciones a las que se refiere la DGT –que no mencionaban ninguna fuente– pronosticaban que los híbridos enchufables, ahora catalogados como Cero, pasarían a estar etiquetados como ECO o con una nueva calificación (ECO Plus), con el consiguiente perjuicio para esta tecnología.
Del mismo modo, se aseguraba que aunque la medida no tendría efecto retroactivo para los coches ya matriculados, en caso de producirse una transferencia de propiedad sí se realizaría el reetiquetado correspondiente, con lo que los PHEV pasarían a tener una consideración mucho menos ventajosa.
La DGT sale ahora al paso de estas conjeturas, recibidas con preocupación por el sector por las consecuencias que podría tener en las ventas de vehículos por la incertidumbre generada. En todo caso, sí parece previsible que en el medio plazo puedan producirse modificaciones en este sentido, justificadas por la aparición de nuevas soluciones tecnológicas que deberán ser catalogadas con mayor precisión.
Es el caso, por ejemplo, de lo que ya ocurre con las nuevas motocicletas homologadas como Euro 5 (y que serán todas las comercializadas a partir del 1 de enero de 2021) que en la actualidad tienen el etiquetado C, el mismo que las Euro 4 cuando sus emisiones son significativamente inferiores.
En el sentido contrario, asociaciones como la OCU ya han denunciado la incoherencia que automóviles de alta cilindrada, prestaciones y consumo disfruten del etiquetado ECO o incluso Cero por contar con algún sistema de hibridación ligera o enchufable.
Asimismo, algunos medios anunciaban también un cambio en la fiscalidad del automóvil, según el cual aquellos vehículos que superasen los 80 g/km de CO2 pagarían un impuesto de matriculación del 7%. En la actualidad, no tributan los vehículos con unas emisiones de CO2 inferiores o iguales a 120 g/km.