De hecho, según el mismo estudio, en cifras generales, los defectos encontrados ante la revisión del coche de cara a la ITV generaron en el sector unos ingresos de más de 2.100 millones de euros anuales durante 2019, entre reparaciones de daños graves y leves en el conjunto de elementos de un coche. Así, de los 2.157 millones de euros ingresados por los talleres el año pasado por la reparación de fallos detectados en la ITV, 1.311 millones procedieron de la subsanación de defectos graves y otros 846 millones, por corregir defectos leves.
Las operaciones que más ingresos aportan al taller
De entre todos los defectos graves detectados en la ITV, los encontrados en la categoría de 'Ejes, ruedas, neumáticos y suspensión' se sitúan a la cabeza de las operaciones realizadas por los talleres de reparación que más ingresos generan, de cara a pasar las inspecciones técnicas del vehículo: casi 400 millones de euros en 2019.Algunos de los defectos graves relacionados con los neumáticos o suspensiones son: neumáticos sin carta de homologación; cubiertas del mismo eje que no sean del mismo modelo o medida; profundidad mínima; riesgo de reventón, ampollas o deformación anormales, así como montaje de los neumáticos incorrecto o no compatible con la llanta. De esta forma, los profesionales de los talleres localizan este tipo de problemas y su reparación genera los ingresos más altos en lo que a daños del vehículo se refiere.
En cuanto a los defectos leves, tales como los fallos en el sistema de control de la presión del aire de los neumáticos o no disponer de la etiqueta que advierte de la velocidad máxima a la que puede circular el vehículo, no suponen un obstáculo para pasar la ITV, pero requieren ser subsanados lo antes posible, generando una facturación de unos 40 millones de euros anuales.
A las reparaciones por fallos en ejes, ruedas, neumáticos o suspensión, hay que sumar otros daños graves detectados en los vehículos. Solucionar averías relacionadas con los sistemas de emisiones de gases contaminantes en los automóviles supone otra partida importante. Más de 320 millones euros anuales se ingresan los talleres españoles por dar respuesta a estas necesidades.
Le siguen otros problemas graves relacionados con el alumbrado y la señalización, así como daños en el sistema de frenado, cada uno de estos supera los 160 millones anuales, cifras muy similares en lo que a daños leves se refiere.
Los defectos en los elementos del motor y la transmisión generan cerca de 120 millones anuales, (superando los 360 millones anuales en facturación por daños leves), mientras que los desperfectos en acondicionamiento exterior, carrocería y chasis, así como dirección aportan a los talleres una facturación más de 80 millones de euros por daños graves.