El incremento interanual de este último año (2018/2019) supone en esta ocasión tan solo una décima menos que el registrado en la comparativa 2017/2018, que fue del 2,3%. El mal comportamiento del último trimestre lastra unos resultados que se esperaban algo mejores, en línea con los datos registrados en el período enero-junio (+2,4%).
En cuanto al número de operaciones realizadas por los talleres, aumentan en torno al 2,5% y denotan un ligerísimo incremento de la rentabilidad media global en el sector (+0,8). En este último sentido y por especialidades, la electromecánica experimenta una mejor tendencia que la carrocería, que se mantiene, o incluso pierde alguna décima aproximadamente en la mitad de las empresas especialistas en operaciones de chapa y pintura.
Incertidumbre para 2020
En opinión de la federación, los talleres españoles entran en 2020 con una fuerte sensación de incertidumbre, respaldada por el comportamiento de un difícil último trimestre, especialmente durante los meses de noviembre y diciembre. "La inestabilidad política influye más que el cambio tecnológico y social que está liderando el paso hacia la nueva movilidad cuando Conepa pregunta a los empresarios sobre sus perspectivas para 2020: de hecho, el 35% de los encuestados no se atreven a hacer previsiones sobre el nuevo año por incertidumbre. Mientras, aproximadamente ese mismo porcentaje confía en que 2020 sea algo mejor que 2019 y prácticamente otro 30% lo espera como similar al recién acabado".El crecimiento en el empleo de los tres últimos años tiende a la moderación. Según la entidad, el sector ha creado en torno a 900 puestos de trabajo en 2019, un tercio de los generados 2018. En España trabajan en talleres de reparación y mantenimiento de vehículos algo menos de 152.000 personas.
Los problemas de los talleres
La encuesta anual de Conepa incluye una puesta al día de las principales preocupaciones de los talleres, que son muchas y variadas. Desde el punto de vista empresarial, "inquieta el aumento de la burocracia, las crecientes obligaciones legales y el control de la actividad a través de numerosas inspecciones por parte de las autoridades competentes, además de la falta de personal cualificado y las carencias de la formación profesional reglada".En cuanto a la evolución del automóvil en su conjunto, suscita un triple desasosiego: la transformación tecnológica de los vehículos, que los talleres consideran “controlable”; los cambios en los marcos legales relacionados con el acceso a los datos, que podrían dar lugar a barreras a la competencia del mercado; y la evolución en los hábitos de los consumidores en cuanto a posesión/uso de los automóviles, que podría implicar una mayor incidencia de grandes propietarios de flotas sobre el mercado tradicional de clientes particulares.