La cifra es alta, aunque lo peor es que toda esa bolsa de vehículos de Km 0 supera ampliamente la demanda de los consumidores por primera vez en siete años, según ha advertido Faconauto. Como resultado de esa situación, los coches se van acumulando en los concesionarios a la espera de que puedan ser vendidos y se convierten en una rémora financiera para las empresas de distribución comercial de vehículos en España.
Los 100.000 coches de Km 0 incluyen los vehículos con menos de 1.000 kilómetros que los concesionarios tienen que matricular ante la presión de las marcas por asumir ese volumen extra como automatriculaciones. En octubre pasado, las matriculaciones tácticas, de las que proceden en buena parte los coches de km 0, superaron las 12.000 unidades.
Lejos de haber buenas perspectivas, el sector teme que en los próximos meses, los fabricantes automatriculen otros 30.000 vehículos que engrosarán las ya saturadas instalaciones de los concesionarios.
En contra de la rentabilidad
Como consecuencia de la diferencia entre el 'stock' y la demanda real, los vendedores tienen que "trasladar al cliente final grandes ofertas" para mover ese "stock", lo que se acaba convirtiendo en un "círculo vicioso que va en contra de la rentabilidad", según ha advertido Gerardo Pérez, presidente de Faconauto. Los coches de ocasión representan un 15% de la facturación media de un concesionario.Las ventas de coches usados de hasta tres años han descendido un 1,7%, los de 6 a 10 años bajan un 5,1% y los de más de 10, un 0,6%. El único segmento que mejora (un 13%) es el de los coches de segunda mano de 3 a 5 años. Faconauto prevé que el mercado de ocasión cerrará 2019 en 2.104.200 operaciones, lo que significa igualar o rebajar ligeramente el registro de 2018.
¿Por qué todo ese stock?
La 'fiebre' por las automatriculaciones tiene que ver, en buena medida, con la entrada en vigor el año próximo de una nueva normativa anticontaminación de la Unión Europea, que establece que todos los coches nuevos que superen los 95 gramos de CO2 por kilómetro serán multados. Un vehículo con un nivel de 120 gramos, bastante habitual en este momento, recibiría una sanción de unos 2.375 euros —95 euros por gramo excedido— que los fabricantes repercutirían sobre el cliente final.Ante esta circunstancia, a corto plazo, todas las marcas tratarán de vaciar sus almacenes de los coches más contaminantes para que el año próximo no lastren sus objetivos de CO2. De hecho, ya lo están haciendo. En octubre, las matriculaciones de vehículos se incrementaron en seis puntos y medio. Pero ha sido una mejora 'artificial'.
Mientras que el canal de empresas, donde se contabilizan las automatriculaciones, experimentó un incremento del 28,8% con respecto al año pasado, las compras de clientes particulares retrocedieron un 6,9%. En los primeros diez meses del año, las ventas en este segmento han retrocedido el 12,4%.