Por su parte, la etiqueta C agrupa el 26,6% del total, y es donde se encuentran los turismos de gasolina matriculados a partir de enero de 2006 y diésel a partir de 2014. Finalmente, los vehículos con etiqueta Cero (eléctricos, principalmente) sólo representan el 0,1% del parque y los de etiqueta ECO (híbridos) alcanzan al 1,2% del total.
Según la patronal de los concesionarios, estas cifras ponen de manifiesto, una vez más, el grave problema que sufre la automoción en nuestro país por la antigüedad de su parque y llama la atención sobre su impacto medioambiental. Así, los vehículos sin etiqueta son responsables del 70% de las emisiones de NOx y partículas en los núcleos más poblados.
Además, Faconauto recuerda que la mejor opción para avanzar hacia una movilidad más sostenible y abordar de manera urgente el cumplimiento de los objetivos europeos sobre cambio climático y calidad del aire, es apostar por la renovación del parque; es decir, por achatarrar los vehículos sin etiqueta para sustituirlos por otros que sí dispongan de ella, particularmente si ésta es Cero y ECO, o C para las rentas medias y bajas.
“La mejor manera de avanzar hacia una movilidad descarbonizada y sostenible es matricular un vehículo nuevo, independientemente de la etiqueta que tenga. En la actualidad, disponemos de tecnologías maduras que nos permiten reducir de manera sustancial las emisiones, como son los vehículos gasolina y diésel de última generación, o las alternativas de gas (GNC, GLP). Éstas tienen todavía que jugar un papel fundamental para avanzar en este periodo de transición que estamos viviendo y en el que son la única oferta medioambientalmente sostenible para todos los bolsillos. Al mismo tiempo, hay que propiciar la llegada de modelos eléctricos e híbridos”, afirma Marta Blázquez, vicepresidenta ejecutiva de Faconauto.
En sus palabras, “lo que no podemos permitirnos, desde un punto de vista medioambiental y de seguridad vial, es que todavía haya en circulación tantos vehículos sin etiqueta”.