viernes, 19 de julio de 2019

Hamburgo, Bruselas... y ahora Vigo: el coche autónomo ya está aquí

Aunque la conducción autónoma pueda parecer que aún estar 'verde', lo cierto es que los avances en esta tecnología van a un ritmo vertiginoso y es difícil concluir en qué momento se encuentra. Lo que está claro es que las pruebas en circuitos cerrados son ya parte del pasado y desde hace tiempo, especialmente en Estados Unidos, las pruebas han pasado al tráfico real, un hecho que también se está produciendo en Asia y Europa.

Por poner sólo dos ejemplos, ya hablamos de los test de Land Rover Jaguar o Volkswagen por ciudades de Reino Unido y Alemania. Antes, Nissan había puesto a prueba sus avances en coche autónomo en las calles de Londres. Asimismo, tras el éxito de sus pruebas en Japón y Estados Unidos, el gigante nipón Toyota ha comenzado a realizar pruebas de conducción autónoma o pilotada también en Europa, concretamente en el centro urbano de Bruselas (Bélgica), con un vehículo automatizado de desarrollo propio.

Sin embargo, no hace falta irse muy lejos para ver este tipo de pruebas. Tras el viaje por carretera en España del primer coche autónomo en 2015 entre Vigo y Madrid, ahora puede que los conductores vigueses no se hayan percatado, pero es posible que cuando circulen por la Gran Vía de la ciudad gallega o estacionan en un céntrico parking, se crucen con un vehículo autónomo. Se trata de una prueba que forma parte del Proyecto Autopilot (Automated Driving Progressed by Internet Of Things) lanzado en 2017 en el que participan, además de Vigo, Tampere (Finlandia), Versalles (Francia), Livorno (Italia), y Brainport (Países Bajos), así como Daejeon, en Corea del Sur.

Pruebas hasta diciembre

En este proyecto trabajan 350 especialistas del CTAG (Centro Tecnológico de Automoción de Galicia) que aporta la infraestructura y la tecnología; el Grupo PSA, y el Ayuntamiento de Vigo, que aporta los datos de tráfico. Así, hasta diciembre, una versión adaptada del Citroën C4 Picasso, probará sus sistemas autónomos y conectados con el fin de validad la comunicación entre el vehículo y la infraestructura en un entorno urbano complejo.

Durante las pruebas, en el interior del vehículo van una o dos personas (dependiendo del entorno), pero ninguna de ellas toca el volante. El vehículo es un prototipo de investigación, un modelo de serie equipado con sensores, cámaras y mapas.


La primera prueba, denominada 'Valet', se desarrolla en el interior del parking público Praza do Rei. Una vez que el conductor accede al aparcamiento, deja el vehículo en una área delimitada de recogida, en la que ya se puede bajar. Mediante una aplicación móvil, el parking envía una orden con el número de la plaza asignado y el recorrido. Tras procesar la información, el vehículo se aparca completamente solo.

A su regreso, el automovilista sólo debe solicitar que el coche le recoja en la zona establecida. Este sistema aporta seguridad, confort, y un ahorro de tiempo para el conductor, además de espacio (un 20%), ya que el vehículo estaciona correctamente en el centro de la plaza.

En un segundo test, el coche autónomo se prueba por el centro de la ciudad bajo la denominación 'Urban'. Durante unos 15 minutos, el vehículo recorre un circuito delimitado en la Gran Vía de Vigo completamente solo, interactuando con el entorno.

El director del CTAG, Luis Moreno, augura que "en 2022 el 100% de los vehículos estarán conectados a internet y en 2030 habrá 80 millones de vehículos autónomos".