Así, de los poco más de 24 millones de turismos con los que se cerró el ejercicio 2018, los de motor de gasolina supondrían alrededor de 10,5 millones (aproximadamente el 43,6%), mientras que los diésel siguen dominando, con unos 13,5 millones (alrededor del 56,2%).
De esta forma, a pesar del importante incremento en la intención de compra (que se ve reflejada en cierta medida en las matriculaciones) de híbridos, eléctricos y vehículos de otras energías alternativas, lo cierto es que este parque de turismos 'más límpios' aún es testimonial. No obstante, no es desdeñable el número de híbridos que ya circula por las carreteras, incluso el de eléctricos. Es probable que haya visitado tu taller algún que otro coche híbrido pero ¿Y eléctrico? ¿Está tu taller formado para recibir este tipo de vehículos? ¿sabes qué averías tienen?
Es evidente que, por su propia concepción, los vehículos eléctricos presentan menos posibilidades de sufrir una avería que los de motor de combustión porque tienen menos piezas. Otra cosa son los híbridos, incluidos los enchufables, que no dejan de ser variantes de motores de combustión por lo que precisan de mantenimiento y reparaciones similares a las de los coches de gasolina o gasóleo.
No obstante, a pesar de que, frente a un coche tradicional, los eléctricos tienen alrededor de un 60% menos de piezas. no se puede afirmar que un coche eléctrico sea infalible. Es cierto que no lleva piezas conocidas como correa de distribución, ni embrague ni tubo de escape, ni caja de cambios entre otros, piezas que, con el paso del tiempo se desgastan y fallan en un coche de motor de combustión.
La batería, el 'talón de Aquiles'
De esta forma, el concepto tradicional de avería de coche, relacionado con el motor, no es comparable al que puede tener un eléctrico relacionado con la batería, pero actualmente no se puede negar que es el elemento más susceptible de fallar, especialmente con el paso del tiempo.En los coches de combustión también la batería es el elemento que más suele provocar fallos (es el que tradicionalmente más asistencias en carretera motiva). Un elemento que, para el taller, sólo complica un poco su mantenimiento cuando hablamos de las baterías para motores 'Start-Stop'.
Sin embargo, en los coches eléctricos la batería es un elemento fundamental. Los fabricantes de eléctricos reconocen que, con el paso del tiempo, la batería se desgasta y tienden a perder autonomía. La durabilidad de las baterías de litio que montan los eléctricos es uno de los puntos que más se investiga en el sector para mejorar la autonomía de estos vehículos. De hecho, en solo una década la mejora ha sido más que notable.
Actualmente hay fabricantes que garantizan hasta ocho años de nivel 'atractivo' de autonomía y se estima que la vida útil de una batería de coche eléctrico está entre los 10 y los 15 años, si bien depende del uso del vehículo y del cuidado que se les proporcione.
En este sentido influyen, por ejemplo, los ciclos de carga (deben ser lo menos numerosos y frecuentes posible, y siempre cuando la batería presente niveles bajos y no antes). Asimismo, su vida útil dependerá de la velocidad a la que se circule de manera habitual, así como de los sistemas de carga utilizados (las cargas rápidas o con cargadores de alta potencia —supercargadores— no son los más aconsejables)
¿Y si hablamos de mantenimiento?
Dicho todo lo anterior, el coche eléctrico no deja de ser precisamente eso: un coche. Por ello, aunque sí es cierto que hay un bien número de piezas que desaparecen con el coche eléctrico, también incorpora otros muchos componentes que tienen la misma propensión a desgastarse o a averiarse que en cualquier otro vehículo.Así, los neumáticos hay que cambiarlos y vigilar su desgaste del mismo modo que en un coche con motor de combustión. De igual forma, el sistema de amortiguación de un eléctrico no es muy diferente al de uno con motor de combustión interna, por lo que el usuario deberá contar con las mismas precauciones, sustituciones y posibles averías.
Lo mismo cabe decir del sistema de frenado. Aunque las pastillas de freno sufren menos en un vehículo eléctrico por el sistema de frenada regenerativa, hay que vigilar su estado, así como el nivel el líquido de frenos.
Tema aparte es el líquido refrigerante de las baterías. Este fluido específico no es el mismo que el que usa en un motor tradicional. Sin embargo, debe sustituirse periódicamente, según las especificaciones del fabricante (lo más habitual es que se recomiende entre los 80.000 y 120.000 km la primera vez).