Actualmente los trastornos musculoesqueléticos (TME) de origen laboral constituyen una de las principales causas de enfermedad relacionadas con el trabajo. En España el 46% de los trabajadores afirma sufrir dolor de espalda y el 45% sufre dolor muscular de hombros, cuello y extremidades superiores, según la 6ª Encuesta Europea sobre las Condiciones de trabajo (EWCS) que publica la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, Eurofound (2015).
En los talleres de automoción, los trabajadores trabajan manipulando ruedas, baterías, piezas de coches, cajas de cambios, tubos de escape, puertas, radiadores o paragolpes. Elementos que pueden obligar al trabajador a adoptar posturas forzadas y realizar esfuerzos que se relacionan con el aumento del riesgo de padecer TME como dolores de cuello, espalda y extremidades superiores (brazos, manos y muñecas) entre otros.
Principales riesgos
Debido a ello, es necesario adoptar desde la empresa unas medidas preventivas adecuadas, para evitar problemas de salud derivados del trabajo. En este sentido, como recuerda en un artículo José Luis Cebrián, responsable de Prevención de Umivale, conviene conocer las principales actividades y factores de riesgo, que pueden provocar problemas de tipo ergonómico, junto con una serie de recomendaciones ergonómicas para evitar o reducir dichos riesgos dentro del ámbito de aplicación de la Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales.Así, como principales riesgos de tipo ergonómico en los talleres de automoción Cebrián cita los siguientes:
·Manipulación manual de cargas: Cualquier operación de transporte o sujeción de una carga por parte de uno o varios trabajadores, como el levantamiento, la colocación, el empuje, la tracción o el desplazamiento (de acuerdo con lo descrito en el RD 487/1997).
·Manejo de herramientas y equipos de trabajo: Las herramientas deben de adaptarse a las tareas que se ejecutan y a las características de los trabajadores. Si esto no se produce, se pueden generar problemas ergonómicos como la reducción del rendimiento por mala adaptación a la tarea o al usuario, problemas de seguridad al materializarse accidentes y lesiones traumáticas (cortes, contusiones, abrasiones, etc.) y la aparición de lesiones musculoesqueléticas de tipo acumulativo.
Los principales factores que influyen en el desarrollo de estas lesiones son, por ejemplo, fuerzas elevadas (agarres intensos, presiones de los tejidos blandos,...); posturas inadecuadas o forzadas (desviaciones de la muñeca, giros,...); elevada repetitividad o la falta de descansos que permitan la recuperación.
·Posturas de trabajo forzadas: La aparición de TME depende de varios aspectos. En primer lugar, de lo forzada que sea la postura. En segundo lugar, del tiempo que se mantenga de modo continuado, y finalmente de la frecuencia o de la duración de la exposición a posturas similares a lo largo de la jornada. Cuanto más alejadas se encuentren las posturas adoptadas de las posiciones naturales/neutras y, simultáneamente, más veces se repitan o más tiempo se mantengan mayor es el riesgo. Pueden provocar molestias, incomodidad, limitaciones funcionales o dolor persistente en articulaciones, músculos, tendones, etc.
"La carga física de trabajo a la que están expuestos los trabajadores de los talleres de automoción, en particular pintores, chapistas y mecánicos, provoca que sean muy habituales las lesiones dorsolumbares, fundamentalmente por manipulación manual de cargas y los TME por la adopción de posturas forzadas en el trabajo", señala el experto.
Medidas preventivas básicas
1. Frente a la manipulación manual de cargas resulta fundamental elaborar procedimientos de trabajo concretos en función de los objetos/piezas o cargas a manipular, por ejemplo puertas, lunas o cajas de cambios, incluyendo como mínimo algunas reglas básicas.Entre ellas estaría, siempre que sea posible, emplear un elevador de vehículos y colocarlo a diferentes alturas en función del componente a manipular. Asimismo, utilizar medios mecánicos auxiliares, grúas, posicionadores y mesas elevadoras para manipular los objetos. Y cuando no sea posible utilizar medios mecánicos, manipular los objetos manualmente a una altura cómoda (entre la altura de los nudillos y el codo con la carga pegada al cuerpo).
De igual forma, cuando se manipulen cargas entre varias personas hay que tener en cuenta que las capacidades individuales se reducen por la dificultad de sincronizar movimientos o por dificultarse la visión unos a otros.
"Elaborados los procedimientos, es muy importante informar y formar adecuadamente a los trabajadores sobre los mismos para garantizar su cumplimiento", apunta Cebrián.
2. Para el manejo manual de herramientas y equipos de trabajo, se recomienda depositarlos sobre mesas o plataformas regulables en altura para lograr una altura cómoda de manipulación y no depositarlos en el suelo.
3. En relación a las posturas de trabajo forzadas, otro de los factores asociados a los TME en los talleres de automoción, destacar que se producen cuando la disposición del cuerpo, o de sus segmentos o articulaciones no está en posiciones naturales o neutras, tales como extensiones, flexiones o rotaciones osteoarticulares.
Durante las tareas que se desarrollan en los talleres de automoción se deben evitar: las posturas estáticas prolongadas (aquellas que se mantienen en el tiempo sin producir movimiento); las desviaciones de muñeca; los trabajos con uno o ambos brazos por encima de los hombros; los giros de la cabeza; la espalda inclinada o girada; así como las rodillas flexionadas y trabajo de rodillas.
Cómo actuar en los bajos del vehículo
Por otra parte, muchos de los trabajos realizados en los talleres requieren de la intervención en la parte baja de los vehículos a reparar o mantener, como por ejemplo el montaje o desmontaje, y el cambio o sustitución de piezas y elementos del motor.En estos casos, según el experto, para prevenir la adopción de posturas forzadas (al igual que sucede con la manipulación manual de cargas), resulta fundamental la ayuda de medios de elevación tales como elevadores. La utilización de elevadores permite usar mejor las herramientas, evita doblar la espalda, y a la larga, disminuye el tiempo de trabajo y, por tanto, la fatiga.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que todos los trabajos efectuados bajo elevador requieren extensión hacia atrás de la cabeza. Esto se debe a que la altura del plano de trabajo está situada en todos los casos por encima de la cabeza del trabajador.
Para evitar dicha extensión hacia atrás, junto con la de la zona lumbar, y tener que elevar los brazos de forma excesiva, hay que tener presente que se debe regular adecuadamente la altura de trabajo en función de la tarea a desarrollar y de las características antropométricas de cada trabajador.