Estas son las principales conclusiones de un estudio llevado a cabo por la organización que se publica en el número de febrero de la revista OCU-Compra Maestra. La entidad considera que el actual sistema de concesión de etiquetas es un "sistema injusto". "Primero, porque los nuevos motores de gasolina de vehículos de pequeña potencia contaminan igual o menos que muchos coches híbridos no enchufables de alta potencia. Y segundo, porque incluso contaminan menos que los híbridos enchufables de gran cilindrada, cuando estos agotan su batería, lo que sucede pasados unos 40 kilómetros. Ocurre lo mismo con los modelos con Gas (GLP o GNC), una vez en la carretera no existe forma de comprobar si están usando estos combustibles o están funcionando con gasolina y por tanto su impacto es el mismo, o más elevado, en función de la cilindrada".
Para OCU el sistema de etiquetas ambientales "supone un avance, puesto que las ventajas asociadas a ellas (como el acceso a las grandes urbes en días de alta contaminación) contribuyen a impulsar la compra de coches con motores de tecnologías más limpias, como los eléctricos o los híbridos".
Sin embargo, señalan desde la organización, "los precios de estos vehículos son, hoy por hoy, muy elevados. Un coche eléctrico cuesta de media 2.000 € más que híbrido enchufable, 10.000 € más que un híbrido no enchufable y hasta 12.500 € más que un modelo con motor gasolina equivalente. A esto hay que añadir que no siempre están disponibles, y con frecuencia se agotan rápidamente".
"Ante este panorama, muchos conductores ven limitado su acceso a las grandes ciudades por no poder comprar un coche con una tecnología más limpia". OCU advierte que "la incertidumbre sobre la tecnología que finalmente se impondrá, y como afectaran las restricciones de circulación a los diferentes tipos de vehículos esta provocando que muchos consumidores aplacen la sustitución de su viejo coche, lo que acrecienta los problemas de contaminación".
Por último, la organización de consumidores considera que "debe revisarse el sistema de concesión de etiquetas medioambientales para que estas puedan cumplir su objetivo, que no es otro que clasificar a los vehículos de acuerdo con su impacto ambiental real".
OCU ha llevado a cabo este estudio en el marco de la iniciativa #NoCuela, una propuesta con la que quiere desmentir y aclarar cualquier tipo de información o rumor falso en materia de consumo.