El presidente de Faconauto (concesionarios), Gerardo Pérez, ya advirtió de que la rentabilidad de los concesionarios no crecería el pasado año a pesar del "buen" dato de ventas que registrará el mercado de turismos, con 1,3 millones de unidades comercializadas previstas a cierre del ejercicio.
En un encuentro con la prensa previo a las Navidades, Pérez se mostró inconformista y consideró que el año había sido un "poco perdido", ya que el mercado "ha registrado un buen nivel de matriculaciones y la rentabilidad de los distribuidores se ha quedado en el mismo sitio"."Este año —por 2018— hemos hecho grandes inversiones en formación y ha sido el año de las contrataciones. Esperamos que el año que viene con las redes asentadas la rentabilidad sea mayor. Como siempre decimos, debería de estar entre el 2,5% y el 3% sobre la cifra de negocio", señaló.
Además, afirmó que la introducción (el 1 de septiembre) del nuevo ciclo de homologación de consumos y emisiones WLTP no debería haber afectado "demasiado" a la rentabilidad de los concesionarios este año.
La posventa marquista
El encuentro navideño de Faconauto con la prensa sirvió también para que Gerardo Pérez hiciera algunos apuntes sobre la situación la posventa oficial. "En 2018 tuvimos muy buena posventa, porque hemos empezado a recoger los frutos de la venta en los años anteriores. Además, las redes de los concesionarios han entendido que tienen que atender a todo el parque y han hecho un esfuerzo importante en las promociones de coches de entre 5 y 10 años", explicó.Respecto al próximo año, el presidente de Faconauto se mostró optimista en lo que a la posventa se refiere: "Definitivamente, la posventa funcionará mejor en 2019 que en 2018. El 2019 va a ser un año bueno porque es el primer año donde aumentará el parque. Los concesionarios están ofreciendo al cliente paquetes completos en posventa como soluciones integrales, y esto está generando mucha fidelidad".
“Las redes de concesionarios deben trabajar con todo el parque”, añadió Pérez, haciendo hincapié en el esfuerzo que están haciendo las redes oficiales por recuperar vehículos con una antigüedad de entre tres y cinco años a través de promociones y trabajo comercial. “Tenemos buenas perspectivas para el cierre del año porque se están empezando a recoger los frutos de las ventas de otros años. Además, el concesionario ofrece ya un pack completo de mantenimiento con éxito, ofreciendo soluciones integrales al cliente”.
A futuro, el presidente de Faconauto también se refirió a la pérdida de rentabilidad del taller del servicio oficial, en cerca de un 10%, por la disminución de mantenimiento que tendrán los coches eléctricos. En opinión de Gerardo Pérez, la cifra se compensará con el aumento de servicios complementarios en conectividad.
Digitalización de la posventa
Faconauto trabaja ya en la organización del II Observatorio de la Posventa Oficial, que tendrá lugar el próximo 15 de marzo de 2019, dentro del programa de Motortec Automechanika Madrid. La patronal pretende abordar los nuevos retos a los que se enfrenta el sector con el fin de tomar medidas conjuntamente.“Cada vez toma más importancia la digitalización de los procesos de posventa en el concesionario, con el objeto de ayudar al cliente a superar el 'trauma' que supone tener que hacer la revisión de su vehículo”, destacó Gerardo Pérez. “Los concesionarios hemos ganado mucho en seguridad, confianza y en alternativas de movilidad, pero debemos contar con más soluciones para poder afrontar el futuro —en ocasiones por delante de las marcas en el caso de los procesos digitales—, y establecer acuerdos estratégicos que nos permitan ofrecer un valor añadido de conjunto”.
Por otro lado, el presidente de Faconauto ofreció su previsión de matriculaciones para 2019, que se quedaría de nuevo en 1,3 millones de unidades, la misma cifra que el año que ahora acaba. Ahora bien, por canales de venta, el de particulares caería un 6%, mientras que el de empresas crecería sólo un 4% y el “rent a car” no variaría.
Al respecto, la patronal considera que técnicamente el mercado estará en retroceso el año que viene y que éste puede ser más profundo en función de la evolución que tenga la economía, el empleo, el consumo o el contexto político.