La mayor parte de las reparaciones realizadas en los talleres españoles corresponden, según esta consultora, a operaciones de menos de 600 euros. Más de la mitad, el 56%, representando sin embargo apenas el 20% de la facturación total.
Así, las reparaciones de menor importe son las que mayor presencia tienen en el mercado. Las que no sobrepasan los 300 euros son el 25% (aportando sin embargo apenas el 3% de la facturación), las de entre 300 y 600 euros representan el 31% de las que se realizan (aportando el 15% a la facturación) y las de entre 600 y 1.200 euros, un 23% (aportando el 21% a la facturación del sector).
Es fácil observar por tanto que, a pesar de ser más las operaciones de poca cuantía las que se realizan (un 79% del total), son las que menos aportación realizan a la facturación global: el 41%.
Mientras, las de mayor importe (de 1.200 € en adelante) representan el 21% de todas las operaciones que se realizan en los talleres españoles. Y a pesar de ser tan bajo este porcentaje, es para analizar que sea este tramo el que aporte el 59% de la facturación en el sector.
Las de entre 1.200 y 3.000 euros solo son el 16% y sin embargo el sector factura con ellas el 33%. Igual de curioso es comprobar cómo por ejemplo las reparaciones que se sitúan en un tramo de importe de entre los 3.000 y los 6.000 euros representan el 3% de todas las que se realizan y sin embargo aportan el 15% a la facturación global.
Estos resultados vienen a dar la razón a aquellos que defienden la importancia de ser eficientes y productivos, especialmente, en aquellas reparaciones que menos peso tienen en los ingresos del taller y que deben 'robar' el menor tiempo posible a los profesionales de la reparación, para sacar siempre el mayor rendimiento a cada intervención.