Así, desde este 10 de septiembre las estaciones de inspección técnica de vehículos ya pueden suspender a los vehículos que presenten defectos detectados a través de los dispositivos de lectura OBD. De hecho, los técnicos de las estaciones ITV, que se encargarán de verificar exclusivamente el funcionamiento de los sistemas de control de emisiones (E-OBD), han estado realizando estas lecturas a modo de prueba desde mayo, con el fin de informar a los conductores, pero sin reportar los fallos.
Estos dispositivos se usarán en turismos fabricados a partir del año 2006 (vehículos ligeros Euro 5 y Euro 6 – vehículos pesados Euro VI). No obstante, la prueba de lectura E-OBD no sustituye a las pruebas convencionales de gases de emisión/opacidad, sino que se trata de una complementaria a estas últimas, que se continuarán realizando, adaptándolas a las nuevas tecnologías, según informa la compañía especializada en servicios técnicos. Sin embargo, en caso de rechazo de un automóvil por fallos en la lectura de la centralita E-OBD, la prueba de emisiones convencional no será necesaria.
Válvula EGR y filtros FAP
¿Y qué analizarán exactamente los técnicos de la ITV? De todos los fallos que puedan observar, los técnicos sólo se tendrán en cuenta aquellos que comienzan por 'PO...' y son genéricos para todas las marcas. En concreto, estos fallos sólo detectan las posibles anulaciones de la válvula EGR —fallos registrados con los códigos entre el PO400 y el PO409— o con la supresión del FAP —PO471, PO472 y PO473—.Como sólo se tienen en cuenta estos fallos, si se detecta algún otro fallo pero los que hemos citado no han quedado registrados, el vehículo se considerará apto para superar la ITV, según publica Autofácil.