Esto acarrea un problema de envejecimiento del parque de vehículos y, por tanto, de contaminación y seguridad. Pero la tendencia parece estar cambiando. En el primer semestre, los coches desguazados subieron un 20%, pasando de 323.111 unidades a 388.329 —tendencia que ya se empezó a notar a principios de año—, según publicaba recientemente El País. En esto influye la mejora de la situación económica y el aumento de las matriculaciones, impulsadas en los últimos meses por la entrada en vigor del ciclo WLTP.
La tasa de achatarramiento —la proporción de vehículos que se llevan al desguace respecto a los nuevos que entran en mercado— se sitúa alrededor del 50%. En años en los que había planes de incentivos de compra por parte de las Administraciones rondaba el 100%, es decir, prácticamente se daba de baja un coche por cada uno nuevo que entraba en el mercado. Entre enero y junio de 2018 se desguazaron 388.329 unidades y la tasa se situó en el 53%, mientras que en el mismo periodo de 2017 fue del 48%.
Según Anfac, el porcentaje aumenta lentamente porque la situación económica y la confianza son “mejores que hace cinco o seis años”. “Durante la crisis se amplió mucho el tiempo en el que la gente mantenía el vehículo, pasando de una media de renovación de 8 a 12 años y aún se mantiene esa costumbre”, explica su responsable de comunicación.
En este sentido, las asociaciones lamentan que la edad media de los vehículos esté en los 12 años, el dato más alto desde 2002, cuando comienza la serie estadística de Anfac. “Una edad media tan elevada trae problemas de contaminación y siniestralidad. Estos riesgos van a seguir aumentando si no se achatarra a un nivel mayor”, afirma Arancha García, de Anfac. Raúl Morales, de Faconauto, también incide en la peligrosidad del envejecimiento de los vehículos y explica que el achatarramiento está siendo “totalmente insuficiente”. “En 2020 el 62% de los vehículos tendrán más de 10 años. Ahora la tasa es del 30%”, comenta.
Coches viejos aún circulando
Entre 2015 y 2017 las matriculaciones crecieron, pero el número de bajas fue menor que antes de la crisis. “Hay que tener en cuenta factores de coyuntura económica como los sueldos medios, que hay más empleo, pero los sueldos son menores, el endeudamiento familiar y la capacidad de ahorro de las familias”, comentan desde Anfac. Desde la patronal apuntan que el bajo número de achatarramiento también se puede explicar por “la confusión” que tiene la población por los cambios en las políticas de circulación de las ciudades.“Algunas personas compran, pero no se desprenden de los coches antiguos, mientras que otra parte directamente decide no comprar porque no sabe qué tipo de coche va a poder circular”, comenta García. Así, asegura que hay personas que adquieren coches eléctricos o híbridos para utilizar en el centro y el día a día y el vehículo antiguo lo mantienen para realizar viajes más largos.
En España hay unos 1.300 Centros Autorizados de Tratamiento (CAT), es decir, desguaces autorizados para achatarrar y dar de baja a los vehículos. De ellos unos 850 recuperan piezas y recambios, según cálculos de la asociación de desguaces Aedra. “Calculamos que debería haber más de 800.000 bajas al año, pero no pasan de 700.000”, explica su presidente Rafael Pardo, que asegura que se están desmatriculando menos coches al eliminar los planes de ayuda a la compra de un nuevo vehículo que requerían de la entrega de uno antiguo.