Pero es más. Las matriculaciones de híbridos y eléctricos cerraron 2017 con 64.386 unidades registradas, lo que supuso un 79,9% de incremento en comparación con 2016. De ellos, unas 63.000 unidades correspondían a turismos.
Es por ello, que cada vez resulta más habitual encontrarse en los talleres de reparación estos vehículos, especialmente los híbridos, que llevan más tiempo en el mercado y ya suponen un parque considerable. Y es que, este tipo de vehículos, más aún incluso que los diésel o gasolina 'puros' requieren un especial cuidado por parte del propietario, por lo que cumplir su mantenimiento periódico es fundamental para su buen funcionamiento y así evitar fallos.
No obstante, ¿sabes cuáles son las averías más frecuentes de los coches híbridos? La tecnología híbrida supone que un vehículo que recurre a un motor térmico sea apoyado por un sistema híbrido que aporte energía aliviando la carga de trabajo del bloque de combustión y así se produce el ahorro de combustible.
Una de las averías, según publica Top Gear, en los coches híbridos enchufables más habitual procede del cableado del sistema eléctrico. A partir de los 60.000 km, los cables acusan el tamaño de una sección menor a la que sería ideal y pueden llegar a quemarse, causando un daño en el equipo eléctrico que podría suponer su cambio completo.
También puede que haya problemas con el conector de servicio de los híbridos enchufables, ya que, durante la recarga, se calientan y acaban por estropearse o, incluso quemándose.
Otras averías
Mucha gente piensa que el equipo de frenado es la responsable de la regeneración energética en los coches eléctricos. Eso es incorrecto. La recarga de los coches híbridos la realiza la caja de cambios cuando retiene, entonces el transeje transforma la energía en electricidad y se envía a la batería.En este sentido, la peor avería que un coche híbrido puede sufrir vendría de la caja de cambios asociada al inversor que, en estos vehículos, tiene la triple función: la propia en la caja de cambios, la de alternador que genera energía y la de motor de arranque. De ahí que sea una pieza fundamental en los coches híbridos, aunque con una baja probabilidad de que se estropee.
Por otro lado, en algunos modelos de estos coches también aparecen los problemas con la junta de culata, una avería que se muestra cuando alcanzan o se sitúan en el umbral de los 300.000 km.