Y es que esta motorización, que con el paso del tiempo ha ido ganando en eficiencia y reducción de emisiones, sigue siendo atractiva tanto para automovilistas (menores consumos, carburante más económico...) como para talleres, cuyas intervenciones en este tipo de vehículos suelen ser más rentables, si bien, según algunos estudios, suelen presentar menos fallos.
Así lo atestigua al menos una comparativa realizada por una plataforma online de cálculo de presupuestos de reparaciones, que señala que el gasto que supone reparar un coche diésel frente a uno de gasolina puede ser hasta 280 euros más elevado en el caso de los primeros.
De este modo, se ha analizado el coste de algunas de las intervenciones mecánicas más comunes de tres modelos diésel y gasolina —el Citröen C4 II, el Honda CR-V III y el Renault Scénic II— para conocer la más rentable. "De esta manera hemos podido confirmar que más del 55% de las intervenciones analizadas resultan más caras en un diésel", señalan desde la plataforma online.
Por ejemplo, para la operación de mantenimiento de los 60.000 kilómetros, que incluye, por ejemplo, el cambio de correa de distribución, tensor y polea, el presupuesto calculado para un Citroën C4 II en su versión diésel sería de 624 euros, mientras que en el de gasolina sería de 344 euros, casi 300 euros de diferencia.
Mientras, en el Honda CR-V, el propietario de la versión diésel tendrá que pagar 99 euros más, según este estudio. Sin embargo, sucede lo contrario en el Renault Scénic II de gasolina, en el que esta operación es 38 euros más cara: 706 euros frente a los 668 euros del mismo modelo en diésel.
Otra diferencia importante de precio la encontramos en el mantenimiento de los 100.000 kilómetros. En el Citröen C4 II, acudir al taller para esta intervención es hasta 162 euros más caro en la versión diésel que en la de gasolina.
También en otras reparaciones
Esos saltos de precio también se producen en otras reparaciones comunes como por ejemplo la sustitución del kit de embrague, una de las intervenciones más caras de los coches, que si fuera necesario hacérsela a un Renault Scénic diésel costaría 838 euros frente a los 673 euros del mismo modelo en su versión de gasolina.La situación se repite con el cambio del alternador o de la bomba de agua. En este último caso, el propietario de este mismo vehículo en diésel tendría que pagar 350 euros, es decir, 23 euros más que el dueño de uno de gasolina que desembolsaría 327 euros por esa reparación.
Donde menos diferencias se registraron fue en el cambio de las pastillas de freno, donde los costes únicamente difieren entre ambas mecánicas únicamente en el caso del Renault Scénic, que arroja un sobreprecio de 8 euros de diferencia entre sus versiones diésel y gasolina.