El último en hacerlo ha sido Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de Anfac —patronal de los fabricantes—, que recientemente ha alertado del riesgo que generará el coche conectado y de la cantidad de datos que este podrá llegar a producir, teniendo en cuenta que no está claro quién será el propietario de esta información y cómo se gestionará.
Así lo expresó en el Ciclo de Encuentros Ageingnomics organizado por Deusto Business School y Mapfre, donde aseguró que uno de los problemas a los que los conductores del futuro se expondrán será la ciberseguridad. "Es verdad que la tecnología facilita la vida de los humanos, pero la tecnología nos vuelve más vulnerables, no lo olvidemos", señaló.
Una preocupación entendible, ya que el 25% vehículos en circulación por nuestro país en 2021 (es decir, uno de cada cuatro) estarán conectados, según una estimación de Faconauto —patronal de los concesionarios— sobre datos de la consultora MSI. En concreto, la organización prevé que, para ese año, habrá en las carreteras españolas seis millones de coches conectados, en un parque total que rozará los 24 millones de unidades.
Además, el directivo destacó que el sector está atravesando una transición hacia un nuevo modelo de negocio en el que cambiará cómo se vendan los automóviles, los tipos de vehículos que se comercialicen, así como la importancia de los coches compartidos. Asimismo, Armero mostró su preocupación acerca de la normativa sobre este nuevo escenario y afirmó que hay que legislar "poco, pero de forma inteligente y en positivo".
Por otra parte, el vicepresidente de la patronal mostró su interés por que en España se desarrollen plataformas referentes a los nuevos servicios de movilidad, que son la línea de actuación y de futuro comercial "más grande que tenemos en nuestro país", concluyó.