En los talleres, dada la naturaleza de nuestra actividad, es aún más importante si cabe seguir unas reglas básicas no sólo de seguridad —cumpliendo la normativa sobre Prevención de Riesgos Laborales— sino también de higiene, para cuidar al máximo la salud de todos los profesionales que trabajan en un taller de reparación de vehículos.
Y es que la falta de higiene en los establecimientos de reparación puede originar infecciones respiratorias, resultantes de la inhalación de gases y partículas. Además, esta exposición a elementos nocivos puede dar lugar a otras implicaciones, como problemas en la piel causados por el contacto con sustancias corrosivas.
Seis reglas básicas
De este modo, conviene respetar algunas reglas básicas de higiene que marcarán la diferencia entre un entorno nocivo o saludable.En primer lugar, se debe mantener limpio el puesto de trabajo, sin restos de suciedad, es algo de sentido común y una regla elemental. De igual modo, debemos evitar objetos olvidados en el suelo o amontonados en lugares inadecuados.
Asimismo, el suelo debe ser antideslizante. El superficie donde se realizan las distintas reparaciones deberá estar revestida de un material antideslizante y estar exenta de manchas de aceite o de otros productos susceptibles de provocar resbalones o caídas.
También es importante tener las herramientas ordenadas: el caos visual también es contaminación. Las herramientas deben estar debidamente ordenadas en sus secciones después de utilizarse. Esto no sólo facilita el trabajo, sino que contribuye a evitar el desorden en el taller con los efectos que ello conlleva.
Las herramientas, de igual forma, deben estar en buen estado. Todo el equipamiento (utensilios, maquinaria…) debe estar siempre limpio, con el objetivo de evitar la mezcla de sustancias o de que las piezas, herramientas o maquinaria se vean contaminadas.
Tampoco debemos olvidar mantener organizado el almacén. La limpieza y la organización van de la mano. Así, es esencial guardar cada elemento en el sitio adecuado y no sobrecargar los estantes, para evitar fugas, derrames…
Por último, y aunque parezca una obviedad (además de estar prohibido expresamente por ley), está prohibido fumar en el lugar de trabajo, tanto por seguridad como para contribuir a mejorar la salud de los trabajadores del taller. Del mismo modo, tampoco se debe comer o beber en el área de trabajo.
Seguir estas reglas básicas es fundamental para mantener un entorno de trabajo lo más seguro e higiénico posible. Unas instalaciones limpias y en buenas condiciones también contribuyen a crear un entorno laboral ‘amigable’.