Mientras, en el escenario "más conservador", y si no se dan los adelantos tecnológicos y legales necesarios, los datos de MSI calculan que las ventas de automóviles autónomos "solo" llegarían al 10% del total de las matriculaciones en ese 2030.
"Hay tres cosas que están incidiendo claramente en la posventa: la digitalización y la conectividad, el cambio del parque circulante y el cambio de comportamiento de los clientes", ha asegurado la vicepresidenta ejecutiva de Faconauto, Marta Blázquez.
En el caso del coche eléctrico, en 2030 las matriculaciones de este tipo de vehículos supondrán, en el mejor de los casos, el 35% del total de entregas en España, mientras que "un retraso en la mejora de las baterías" haría que esta cifra se situase en el 15% para ese mismo año.
Las nuevas tecnologías y el taller
En cuanto a cómo afectarán a la posventa las nuevas tecnologías, Faconauto ha destacado que el automóvil eléctrico no tendrá impacto en la facturación de chapa y pintura de los concesionarios, pero sí tendrá en mecánica, electromecánica y mantenimiento, "pudiendo descender la ganancia de estos trabajos un 70%".Por su parte, el vehículo autónomo "hará caer" hasta un 70% la facturación de los concesionarios por reparaciones de carrocería, "ya que tendrán menos choques", mientras que aumentará hasta un 40% la facturación derivada de reparaciones mecánicas, "al ser estas más caras por la compleja tecnología que incorporan este tipo de automóviles".
El director comercial de MSI, José Manuel López, ha destacado que, si se cumplen las previsiones, este año los concesionarios dejarían de facturar un 0,5%, hasta 36.261 millones de euros, mientras que, en el peor de los casos, en 2030 la facturación de la posventa "se dejaría por el camino" un 1,2% en comparación con lo que ocurriría si se mantuviese el contexto actual.