Esta transformación es imparable y continuará en los próximos años a un ritmo que muy pocos, por no decir nadie, aún es capaz de concretar. Sin embargo, como ya ha sabido el sector hacer hasta ahora, la reparación de vehículos no debe ver estos cambios como una amenaza: sólo hay que estar preparados y saber adaptarse.
En cuanto a los primeros cambios que pronto veremos —en algunos casos ya lo estamos viendo— en los vehículos que acudan a los instalaciones de los talleres, la revista de la DGT ‘Tráfico y Seguridad Vial’ ha dedicado un interesante artículo a algunos de los elementos que estábamos acostumbrados a ver (y comprobar) en el taller y que desaparecerán de los coches.
Uno de los que ya te hemos contado en la web de Asboc y que pronto será algo del pasado es el espejo retrovisor como lo conocemos hasta ahora, y que dará paso al retrovisor digital. Mientras, otro elemento que ya está desapareciendo a pasos agigantados es la rueda de repuesto. La mayoría de las marcas ya no la incluyen en el equipamiento del coche. Al principio se fue sustituyendo por la rueda llamada de emergencia o ‘galleta’, que obliga a ir a una velocidad limitada (80 km/h) y durante un determinado número de kilómetros, pero permite continuar la marcha.
Sin embargo, casi todos los fabricantes de vehículos optan ahora por un kit de reparación, en muchos casos insuficiente para solucionar un pinchazo. Las razones de este cambio hay que achacarlas a un ahorro de costes para la marca y a una reducción de peso. Como ventaja, se gana espacio en el maletero. Sin embargo, aún hay constructores que la incluyen como un extra que se paga aparte.
Motores más pequeños
Otro de los cambios que ya están viviendo los coches es la paulatina desaparición de los motores atmosféricos por los turboalimentados. Y es que hubo una época en la que los turbocompresores, asociados casi siempre a motores diésel o deportivos de gasolina, estuvieron a punto de desaparecer —sobre todo en las mecánicas de gasolina— pues consumían mucho combustible, mostraban una respuesta demasiado brusca (quien no se acuerda del R-5 Turbo o del Fiat Uno Turbo) y se averiaban con facilidad.Sin embargo, la situación ha pegado un giro de 180º y lo que están por desaparecer los motores sin turbo. Y es que esta pieza es clave en el ‘downsizing’ (reducción de tamaño), una tendencia que está viviendo los motores, ya que permite reducir el consumo y, por tanto, las emisiones. Así, motores de menor cilindrada turboalimentados ofrecen comportamientos similares o mejores a antiguos motores mucho mayores.
Por otra parte, otro elemento que ya casi es una ‘rara avis’ es la manivela para subir y bajar las ventanillas. La popularización de los elevalunas eléctricos ha provocado que prácticamente sólo vehículos ‘low cost’ o de versiones sencillas de acceso de gama las incorporen.
Otros elementos que en breve serán recuerdos del pasado son los botones. Los salpicaderos de los años ochenta y noventa se llenaron de ellos, pero ahora los fabricantes prefieren concentrar en una pantalla táctil las funciones que normalmente se controlaban con mandos o interruptores.
De igual forma, el aire acondicionado está siendo sustituido por el climatizador automático, un sistema mucho más eficaz y cómodo que permite mantener una temperatura constante en el habitáculo. A partir de ciertos segmentos, este elemento ya es de serie en todos los coches, pero en los modelos más modestos también se está imponiendo.
¿Adiós a las palancas?
También, la palanca del freno de mano es otro elemento que tiende a desaparecer, sustituyéndose por un interruptor que activa el freno eléctrico de estacionamiento. Un sistema que ocupa poco espacio, se activa de forma automática al quitar el contacto y que, en muchos casos, cuenta con asistencia al arranque en pendiente.Asimismo, la palanca de cambios también empezará a desaparecer del ‘paisaje’ de los coches, si bien su desaparición será más lenta. Y es que cada vez los cambios automáticos son más rápidos, eficaces, reducen el consumo y resultan muy fiables.
Por último, lectores de CD (sustituidos por sistemas táctiles de infoentretenimiento), las antenas tradicionales (por antenas ‘de tiburón’ que forman parte del equipo de navegación y que alojan la antena del GPS), la llave y las cerraduras (reemplazadas por botones de arranque y sistemas de apertura vía radiofrecuencia o, incluso, app del smartphone), o el mechero (que se están sustituyendo desde hace tiempo por tomas de corriente) son otros elementos que tienen los días contados.