En este proceso en los últimos años se ha introducido una variable más: el tipo de propulsión a elegir. Mientras en las últimas décadas, el diésel era el 'rey' a la hora de esta elección, en los últimos años, por los motivos que ya hemos comentado en la web de Asboc, los conductores han empezado a elegir otras opciones, aparcando su 'amor' por los vehículos de gasóleo.
Asimismo, un factor importante a la hora de elegir vehículo ha sido el uso que se le iba a dar y la previsión que se tenía del tiempo que se iba poseer, es decir, si llegaría hasta el final de su vida útil o si se adquiría con vistas a venderlo en el corto-medio plazo. En este último caso, el mercado siempre ha sido más 'benévolo' con los vehículos diésel frente a los gasolina, cuya depreciación en el mercado de VO siempre era muy superior a los vehículos con motores diésel.
¿Pero qué pasa con las nuevas motorizaciones? ¿El mercado las 'premia' frente al diésel, con una menor depreciación? ¿Es este un motivo para no comprar un vehículo de gasóleo si se adquiere con vistas a venderlo en unos años? Un reciente estudio de Valorarmicoche.com nos puede ayudar a dar respuesta a estas preguntas.
Así, este portal ha analizado la depreciación de dos vehículos, uno híbrido y otro diésel, dirigidos a un público similar y con características técnicas homogéneas para determinar una tendencia en su depreciación. El informe es el resultado de tasar a precios actuales de mercado una versión diésel del Citroën C4 y una versión híbrida del Toyota Yaris de similar potencia y características homogéneas desde 2015 a 2017. Para la realización del estudio, se ha utilizado una muestra de más de un centenar de coches de estas versiones y se ha comparado con el PVP de cada una de ellas en la fecha de su matriculación. Este ejercicio se ha repetido para cada uno de esos 3 años.
Los gasolina en el VO
A principios de año, esta web llevó a cabo un estudio en el que se analizaba la depreciación de los 3 vehículos más vendidos en España en 2017, y que mostraba que la pérdida de valor que sufren las versiones de gasolina es mayor que la producida por los diésel. Se exponía entonces que, a pesar de la tendencia a la baja en el número de coches diésel sobre el total de matriculaciones, el mercado usado seguía valorando positivamente al diésel.Y es que, pese a la guerra lanzada contra los motores de gasóleo, la positiva valoración del diésel se basa en el menor precio del carburante y en el consumo, y ahora ambas cuestiones se plantean controvertidas. Por un lado, el precio del combustible va a subir, y con él se prevén restricciones en el uso de estos vehículos dentro de las ciudades. Y por otro lado, el siempre cuestionado tema de la contaminación del diésel, que depende del consumo y del uso que se le dé al vehículo.
A esto hay que añadir la creciente demanda de los coches eléctricos e híbridos. Por tanto, cada vez son más los que se preguntan si elegir un diésel siempre resulta económicamente más rentable, así como si su menor consumo resulta suficiente para considerarlo 'menos contaminante'. ¿Se está quedando sin sitio el diésel?
En esa línea, la misma plataforma llevó a cabo otro estudio que desvelaba que los coches de gasolina perdían el doble de valor que los híbridos, a través del análisis de la depreciación del mismo modelo de Toyota Yaris, tanto de gasolina como híbrido y extraían unas conclusiones que consideraban 'revolucionarias', sobre todo de cara al bolsillo, porque un modelo híbrido necesitaba 2 años para experimentar la depreciación que el modelo de gasolina sufre en un año.
Diesel vs híbrido
En esta ocasión, se analiza la depreciación del Toyota Yaris (híbrido) pero ahora se compara con respecto al Citroën C4 diésel (de similar potencia: 100 CV), para determinar una tendencia en su depreciación y responder a esas preguntas en torno a si se está quedando sin sitio el diésel. De cara a su pérdida de valor futuro, ¿interesa más un coche híbrido o uno diésel?.Analizando los resultados del estudio se comprueba una línea diferente entre el híbrido y el diésel, donde se percibe una pérdida de valor inicial más pronunciada en el diésel que prácticamente alcanza el mismo porcentaje de depreciación en el primer año que pasados tres. Comparado con el híbrido, en éste se alcanzan en el tercer año porcentajes similares al diésel pero con un aumento más paulatino.
Fuente: Valorarmicoche.com
De este modo, pese a los golpes recibidos, el mercado de usados sigue valorando el diésel y aunque pierda mucho valor en el primer año, posteriormente su depreciación es menor y se iguala a la experimentada por el híbrido. Y conforme pasan los años no hay mucha diferencia entre un diésel y un híbrido, aunque en los primeros años sí existe una diferencia a tener en cuenta.
Los datos también señalan que el mercado trata bien a los híbridos, sin embargo, pasados los años, la diferencia con el diésel se hace cada vez más pequeña. De cara al futuro, la adaptación a las necesidades de reducción de la contaminación marcará qué tecnología se queda con más trozos del pastel.