De esta forma, los resultados relacionados con el tipo de motorización de los vehículos que los españoles pretenden comprar en un futuro cercano presentan datos llamativos. Así, la intención de dichos compradores es que su futuro vehículo sea de gasolina (37%), híbrido (29%), diésel (26%) o eléctrico (7%), con lo que híbridos y eléctricos sumarían un 36% en preferencia de compra.
Entre los que seguirán prefiriendo los motores de combustión, la principal causa de no comprar un vehículo eléctrico es la falta de autonomía (57%), además del precio elevado (54%), las dificultades para recargar la batería (40%), el elevado tiempo de recarga (27%), la falta de confianza en general en la nueva tecnología (19%), y su menor potencia (9%).
Si miramos al pasado, se observa a primera vista el vuelco que ha dado el mercado en estas preferencias de los consumidores, pues en 2007 la intención de compra era de diésel (61%), gasolina (23%), mientras que híbridos y eléctricos no superaban juntos el 13%.
Más de la mitad del parque, aún diésel
Otros datos del Observatorio Cetelem del Motor 2018 señalan que la venta de vehículos de ocasión ha subido un 14% respecto a 2016, mientras que la subida de los nuevos ha sido de un 8%; o que el parque actual está compuesto por un 52% de vehículos diésel, un 45% de gasolina y un 3% entre híbridos y eléctricos. La antigüedad del parque español es de un 30% de vehículos entre 5 y 10 años de edad, mientras que los que superan los 10 años son el 25%.
A la hora de comprar un coche, los españoles que así lo hicieron en 2017 gastaron una media de 17.155 euros, con un 33% de las compras hechas en efectivo/contado, un 32% con financiación ofrecida por el propio concesionario, y un 29% mediante un préstamos del banco habitual del cliente o de una entidad financiera especializada.
En cuanto al canal de compra, el futuro comprador de un coche mira primero la marca y después busca un concesionario donde adquirir su vehículo en un porcentaje del 73% frente al 27% restante que hace el camino contrario: busca un concesionario familiar o cercano y a partir de ahí se decide por una marca. La salvedad de estos datos es que, en 2007, los porcentajes eran mucho más extremos, con un 85% de marca y un 15% de concesionario.
Pero antes de saber cuál es el coche de nuestros sueños, tenemos que informarnos. Y en este caso Internet es el principal canal, con un 40% de los futuros clientes informándose en la Red. Y dentro de ella, el 63% de los futuros compradores se ilustran en las propias webs de las marcas. Después, un 47% se informan a través de webs especializadas en motor, un 37% en las páginas de los propios concesionarios, un 36% en buscadores en general y un 33% en páginas de revistas especializadas.
Las redes sociales sin duda no parecen ser un buen panel de información, pues para comprar un coche solo las utiliza un 13% de los potenciales compradores. Fuera del móvil o el ordenador, los consejos de amigos son la información más apreciada, con un 27%, seguida de la del propio vendedor, con un 20%.
Motivos de compra
Los motivos más influyentes a la hora de comprar un coche son, por este orden, el precio (74%), la duración (63%), la funcionalidad (55%), la marca en sí (54%), el respeto al medioambiente (31%) y el diseño (23%). Y en cuanto a las cualidades de marca más valoradas por los compradores se situán seguridad (78%), relación calidad/precio (82%) y fiabilidad/durabilidad (64%)
Eso en cuanto a la teoría, porque en la práctica, el Observatorio Cetelem del Motor 2018 afirma que un 51% de los 1.500 encuestados tiene intención de adquirir un coche en los próximos 12 meses frente al 13% de diez años antes. La mayoría (89%) se decanta además por un coche nuevo, en el que tienen pensado gastarse 21.407 euros de media.