En este sentido, es muy buena noticia que el 67% de los automovilistas españoles esté dispuesto a pagar por servicios de conectividad relacionados con la conducción, cifra 10 puntos superior a la media europea, según Connected Car, un estudio de Kantar TNS que explora las actitudes y comportamientos de los automovilistas en relación al coche conectado.
Este porcentaje es bastante alto si lo comparamos, por ejemplo, con el de los automovilistas dispuestos a pagar por opciones de entretenimiento, música, redes sociales y vídeo (un 47%) que prefieren aplicaciones de smartphone más conocidas en lugar de servicios incluidos en el vehículo. Y eso, teniendo en cuenta que España es el mercado europeo del estudio en el que más predisposición a contratar servicios conectados de entretenimiento hay, siendo la media europea de solo un 32%.
Un extra opcional
El estudio de Kantar TNS muestra cómo, a pesar de los esfuerzos e inversión de las marcas de automoción, la tecnología se percibe como un extra opcional y no como parte “de serie” en el vehículo.No obstante, el estudio también desvela la falta de conocimiento de los beneficios que la tecnología y la conectividad pueden jugar en el rendimiento, seguridad y la experiencia de conducción. De hecho, seis de cada 10 automovilistas españoles que incorporaron estos servicios en el momento de la compra o bien no planean o bien no están seguros de renovarlos en el futuro.
De manera global, los propietarios de coches de gama premium están liderando la adopción de los servicios de conectividad, siendo el colectivo más dispuesto a pagar por este tipo de opciones. Por ejemplo, en el caso de los sistemas de navegación, la cifra de automovilistas dispuestos a pagar por ellos asciende hasta el 80% cuando hablamos con los propietarios españoles de vehículos premium.