Sin embargo, ¿qué incidencia real tiene en el mercado? Depende del punto de vista con el que se mire. Casi dos millones de los 25,9 millones de que conforman el parque automovilístico español presenta algún tipo de salvedad en el kilometraje, según un estudio realizado por el proveedor de historiales de vehículos Carfax, a partir del análisis de más de 100 millones de lecturas de cuentakilómetros.
Una de las principales conclusiones del estudio es que estas incoherencias no siempre responden al trucaje de cuentakilómetros para facilitar su venta, a pesar de que esta manipulación se detecta en el 70% de los casos. También se perciben otras causas relacionadas con despistes y fallos informáticos, por lo que casi el 20% de las salvedades detectadas tiene que ver con la omisión de algún dígito al anotar el número de kilómetros.
En cuanto al tipo de vehículo, el 56% de los automóviles con inconsistencias en el kilometraje son turismos, mientras que las furgonetas representan más de un 24% del total. Por su parte, son todoterreno casi el 8% de los vehículos con salvedades en su número de kilómetros, mientras que los camiones y las motos representan un 7,4% y un 4,4%, respectivamente.
Por lo que se refiere a la antigüedad del vehículo, el 87% de las inconsistencias detectadas es en automóviles de más de diez años que ya cuentan "con un largo historial a sus espaldas", mientras que los vehículos de ocho y diez años apenas representan el 8,4% del total de las salvedades en el kilometraje.
En este sentido, una de las herramientas que reduciría en buena medida este tipo de manipulación sería la puesta en marcha del libro digital de mantenimiento que, como ya contamos en la web de Asboc, permitiría un mayor control del kilometraje de los vehículos, tal y como ya se está consiguiendo con el registro que las ITV vienen haciendo desde hace algún tiempo, con los vehículos que pasan la inspección técnica periódica.
¿Y qué incidencia tiene esta práctica en el taller?
Como comentábamos esta práctica ilegal tiene no poca incidencia en los talleres. En primer lugar, porque algún taller se ha visto involucrado en este tipo de fraude, algo que, no sólo daña al establecimiento relacionado sino a la imagen de todo un sector que trabaja honradamente.Además, este tipo de prácticas dificultan la labor del taller, ya que, cuando un vehículo con un kilometraje manipulado acude a sus instalaciones para efectuar cualquier revisión periódica, muy probablemente, ésta se realizará de forma errónea, al no corresponder los kilómetros reales con los 'otorgados', con lo que el vehículo puede salir del taller sin que se le hayan realizado las operaciones que efectivamente necesitaba.
Así, esta actividad fraudulenta no sólo incide en el bolsillo del conductor estafado, sino también en la seguridad vial y el medioambiente, pues muchos de los componentes del vehículo pueden estar trabajando muy por debajo de su nivel óptimo de funcionamiento, con el peligro que puede acarrear para sus ocupantes, así como por la cantidad de gases contaminantes que esté emitiendo a la atmósfera por un pobre desempeño de los componentes encargados de reducir las emisiones del vehículo.
En este sentido, son muchos los talleres que han 'destapado' este tipo de fraudes, ya que, especialmente en los coches más modernos, no sólo en el odómetro quedan reflejados los kilómetros reales y con una simple diagnosis se ha podido comprobar sus kilómetros reales y poner sobre aviso a los conductores estafados.
Aunque los responsables del estudio señalan que los datos muestran que, "afortunadamente", el trucaje y la manipulación del cuentakilómetros es una "práctica marginal". Sin embargo, hay que trabajar para erradicarla por completo promoviendo, entre otras medidas, "el mantenimiento responsable y los cambios necesarios en la Ley de Seguridad Vial para tipificar como delito la alteración del odómetro".