De este modo, en numerosas ocasiones tanto clientes como profesionales del taller no tienen en cuenta que los neumáticos de invierno proporcionan más seguridad en condiciones climatológicas adversas y se convierten en la mejor elección durante los meses más fríos del año ya que un neumático convencional pierde eficacia en adherencia y frenado por debajo de 7ºC.
También proporcionan más estabilidad a un vehículo en curva y en frenada que las cadenas, ya que lo normal es que los neumáticos de invierno se equipen en los dos ejes (delantero y trasero), mientras que las cadenas solo se montan en el eje de tracción.
En este sentido, cabe destacar que el uso de los neumáticos de invierno es aconsejable hasta en 38 provincias españolas, que son las que tienen una temperatura mínima media inferior a esa cifra durante los meses de noviembre a marzo.
Asimismo, cada vez son más los automovilistas que practican deportes de invierno como el ski y se informan (y observan en otros conductores) de sus ventajas a través de los medios, Internet... o por su mecánico de confianza, que poco a poco va tomando conciencia del auge que van adquiriendo y empieza a recomendarlos a su cliente, especialmente si sabe que éste es un apasionado de la nieve y/o la montaña, o bien viaja mucho.
Además de las ventajas de este tipo de neumáticos cuando el asfalto no está seco, el taller debe informar de que también son la alternativa legal prevista en el Reglamento General de Vehículos RD 2822/1998, el cual establece que se pueden montar en lugar de las cadenas, facilitando la circulación con ellos durante el periodo invernal, sea cual sea el estado de la calzada por fenómenos meteorológicos.
Por todo esto, el taller debe de jugar un papel muy importante en la prescripción de estos neumáticos, pues ello conllevará que, además de fomentar la seguridad en carretera del cliente, éste visite más a menudo a nuestras instalaciones para sustituir los neumáticos de invierno/verano con los consiguientes servicios añadidos.
Cargarse de argumentos
Y es que circular por carretera en invierno supone estar expuestos a condiciones meteorológicas adversas como las vividas este pasado fin de semana en el que miles de coches quedaron atrapados en la autopista de peaje AP-6, especialmente en la provincia de Segovia, a causa de una intensa nevada.Ante la previsión de fuertes de nevadas las autoridades suelen recomendar a los automovilistas que eviten circular, pero en muchas ocasiones los conductores no tienen más remedio que ponerse en carretera para desplazarse, y es ahí cuando se hace fundamental hacerlo con el coche preparado para afrontar cualquier imprevisto que pueda surgir en carretera, especialmente en invierno.
En este sentido, la Comisión de Fabricantes de Neumáticos del Consorcio del Caucho, que integran los principales fabricantes del mercado, Bridgestone, Continental, Michelin y Pirelli, recomienda el uso de neumáticos de invierno, una opción más segura, idónea y confortable para circular en condiciones de invierno rigurosas, frente al uso de cadenas o cualquier otro dispositivo antideslizamiento análogo.
Ventajas frente a uno convencional de verano
Cuando las temperaturas son bajas, especialmente si son inferiores a 7ºC, algo frecuente en muchos puntos de nuestro país, y más aún si la carretera está mojada o con nieve, el neumático de invierno ofrece mejores prestaciones a la hora de iniciar el movimiento del vehículo (tracción), mantener su trayectoria (adherencia) o detenerlo (frenada).De este modo, un vehículo que monte neumáticos de invierno y que circule a 80 km/h sobre pavimento mojado y a temperaturas inferiores a 7ºC necesitará seis metros menos para frenar que uno con neumático estándar, es decir, el neumático de invierno frenaría completamente en 34 metros, mientras que el convencional necesitaría 40 metros.
En el caso de que la carretera esté nevada, la diferencia será mucho más acusada. No debemos olvidar la importante influencia que tienen las condiciones atmosféricas y el estado de la carretera en la distancia de frenada: el espacio necesario para detener el vehículo se puede multiplicar hasta por ocho y el tipo de neumático que monte el vehículo será un factor clave de seguridad.
Diseñados para el frío
En ese sentido, el neumático de invierno cuenta con un diseño específico que lo hace óptimo para el invierno, mejorando la capacidad de tracción, aumentando la capacidad de frenada, reduciendo el riesgo de aquaplaning e, incluso, permitiendo —como decíamos— circular sobre nieve sin necesidad de utilizar cadenas.El neumático de invierno cuenta con un dibujo de banda de rodadura más recortado y profundo, que aumenta la capacidad de evacuación de agua. También dispone de entre seis y ocho veces más laminillas que un neumático convencional. Además, su compuesto de goma, gracias a un mayor contenido en sílice, ofrece un mejor comportamiento frente a las frías temperaturas de la época invernal, mientras que uno estándar o de verano se comporta mejor a altas temperaturas.
Si circulamos por zonas donde la temperatura media invernal es inferior a 7ºC —temperatura a partir de la cual un neumático de verano comienza a endurecerse y a mermar sus prestaciones—, Rodríguez recomienda “el uso de neumáticos de invierno, con más motivo si necesitamos transitar por carreteras con nieve. En este sentido, el cambio de hora oficial es una buena referencia para la sustitución de los cuatro neumáticos”.