Esta última es una de las más importantes y complejas de cumplir, debido a la gran variedad de residuos generados, y cuya gestión debe ser cumplida a rajatabla si no queremos exponer a nuestro negocio a una sanción.
Sin embargo, efectuar una correcta gestión de los residuos en el taller no sólo contribuye a evitar multas, sino también garantiza la seguridad tanto de empleados como de clientes, además de contribuir a cuidar el medioambiente.
Y es que la correcta gestión de residuos que genera la actividad del taller aporta una serie de ventajas al negocio como una mejor percepción por parte del cliente (al existir un mayor orden y limpieza), así como la reducción de las posibilidades de multa por una inadecuada gestión… En este sentido, GT Motive ha editado un vídeo en el ofrece algunas claves a tener en cuenta.
Separar los residuos
Así, una de las primeras cosas a destacar es la importancia de separar los residuos, evitando mezclarlos. Por ello, debemos adaptar las infraestructuras del taller y facilitar la identificación a simple vista, por medio de impresos identificativos de cada uno de los deshechos.En este sentido, la separación se debe de llevar a cabo con cualquier tipo de residuo y no únicamente con los productos líquidos. De este modo, es importante no olvidar tampoco los productos sólidos (textiles o cartones) o cualquier otra pieza que pudiera haber estado en contacto con productos peligrosos.
Para ello, es muy útil contar con recipientes adaptados a las características de cada tipo de residuo. Estos contenedores ayudan a gestionar perfectamente la problemática de cada tipo de desecho. También se han de instalar tanques que nos permitan ir almacenando los aceites una vez que se hayan utilizado, al mismo tiempo que grasas, combustibles, carburantes o lubricantes, e incluso agua que se haya podido contaminar. Uno de las recomendaciones a seguir es evitar realizar posteriores trasvases de líquidos entre los diferentes envases.
Por otro lado, también es importante mantener los contenedores en espacios bien ventilados, que sean fácilmente identificables. Para ello, podemos ayudarnos, por ejemplo, de códigos de colores. Además, es fundamental que los recipientes se encuentren alejados de lugares con altas temperaturas, y que no reciban directamente los rayos del sol o estén expuestos a la lluvia. Debemos tener en cuenta, además, no juntar productos que pudieran reaccionar entre sí.
Otro aspecto importante en la correcta gestión de los residuos es que los profesionales de cada taller estén bien informados de los riesgos propios del tratamiento de este tipo de residuos, para que sean conscientes de las posibles consecuencias de su mala gestión y manejo.
Y en el caso de que no se quisiera asumir la responsabilidad del tratamiento de los productos propios de la gestión de un taller, es más que conveniente contar con la ayuda o acudir a un gestor autorizado de residuos peligrosos.