Pues bien, parece que uno de los ADAS (siglas de Advanced Driver-Assistance Systems, —en español, Sistemas avanzados de asistencia al conductor—), que tiene más 'papeletas' para convertirse en el próximo será la frenada automática de emergencia (AEB). ¿Quién no ha visto en las últimas semanas un anuncio en TV o en Internet del lanzamiento de un nuevo modelo de una conocida marca de coches sueca en el que se puede ver cómo el vehículo se detiene delante de una niña a la que una conductora que se ha despistado está a punto de atropellar?
Pues bien, esto es precisamente lo que el Parlamento Europeo quiere que sea una realidad extendida a todos los coches. Así, el pleno del Europarlamento ha pedido que sea obligatorio que todos los nuevos vehículos estén equipados de serie con sistemas de frenado automático capaces de detectar la presencia de peatones y de control inteligente de velocidad.
La resolución, propuesta por el eurodiputado alemán Dieter-Lebrecht Koch ha sido aprobada con 593 votos a favor, 39 en contra y 53 abstenciones. Los eurodiputados han subrayado que cada año mueren en Europa más de 25.000 personas y cientos de miles resultan heridas en accidentes de tráfico, así como que el 90% de ellos se producen por errores humanos.
Escasa presencia en el parque
El documento apunta que tres cuartas partes de los automóviles nuevos todavía no están equipados con esos sistemas automáticos, principalmente por su coste, al tiempo que han enfatizado que incorporarlos podría salvar vidas.En concreto, el Parlamento Europeo ha explicado que se trata de mecanismos inteligentes de frenado, asistentes de velocidad que detectan a los peatones y ciclistas y ralentizan automáticamente un vehículo para evitar una colisión o ayudan a no sobrepasar un límite legal y sistemas de alerta con pitidos o de redirección cuando el automóvil se sale de su carril.
"Ya sea como conductores, peatones o ciclistas, todos cometemos errores. Y en estos casos, los sistemas de asistencia automática son como copilotos silenciosos que nos ayudan a evitar errores", ha expresado Koch. "Todos deberían poder comprar un coche así, es precisamente a través de su incorporación generalizada como se logra que sean más baratos", ha añadido el alemán.
Esta preocupación ni es nueva ni es exclusiva de Europa. En 2016, el Departamento de la Administración Nacional de Seguridad Vial y Transporte de Estados Unidos (NHTSA) y el Instituto de Seguros para la Seguridad en Carretera (IIHS) acordaron que este sistema sería obligatorio para todos los vehículos nuevos comercializados en EE. UU. en 2022. Así, 20 fabricantes de automóviles se han comprometido a estandarizar este sistema a partir de 2020. Según estimaciones, este compromiso reducirá, al menos, 28.000 accidentes mortales.