Pero, ¿cómo se preparan? Los distintos fabricantes ya están haciendo los deberes y la mayoría tiene puestos los ojos en el año 2021 como fecha más plausible para la llegada del coche autónomo, si bien los expertos, como ha hemos comentado en alguna ocasión, no esperan que su total desarrollo llegue antes de 2030.
De los distintos niveles de autonomía, los de nivel 2 ya están presentes en muchos vehículos y con el lanzamiento del Audi A8, ya estará en la calle el primer modelo de nivel 3. Sin embargo, no sólo las marcas 'premium' están trabajando en ello.
Cabe recordar que PSA fue el primer fabricante en realizar pruebas en carretera abierta en vías rápidas en Europa, con más de 125.000 kilómetros recorridos. Además un Citroën C4 Picasso se convirtió en 2015 en el primer vehículo circulado en una carretera abierta de España en modo autónomo, al efectuar un viaje de 600 km desde la factoría de Vigo (Pontevedra) de la marca de PSA, hasta sus instalaciones en el distrito de Villaverde, de Madrid.
Audi, BMW, Mercedes y Volvo
Como decíamos antes, Audi será este otoño la primera marca que comercializará un vehículo con nivel 3 de autonomía. El nuevo A8 será capaz de circular sin la participación del conductor en autovías y hasta 60 km/h. Gracias al sistema Audi AI Jam Pilot, el conductor únicamente tendrá que supervisar su buen funcionamiento.
Con vistas al futuro, la marca ya trabaja en modelos con nivel 4 y 5 de autonomía. En este sentido, la marca presentó en el pasado Salón de Frankfurt dos prototipos, el Elaine y el Aicon, aptos para circular sin intervención humana en todo tipo de vías. Este último carece incluso de volante y de pedales para maximizar el espacio en el habitáculo.
En la actualidad sus vehículos automatizados son capaces de estacionar por sí mismos cuando se les indica por medio de gestos sencillos, mediante la llave de contacto (sistema valet parking automatizado).
Bajo el proyecto iNext, lanzará sus primeros coches autónomos de nivel 4. Ya a partir de 2021, en BMW contemplan alcanzar el nivel 3 en sistemas de asistencia, posibilitando que el conductor y el vehículo compartan por primera vez la responsabilidad de controlar el automóvil. Además el piloto podrá realizar actividades secundarias durante los recorridos más largos, y retomar el control del vehículo en segundos.
Por su parte, Mercedes-Benz lleva ya tres meses circulando con conducción autónoma por los cinco continentes a través del proyecto 'Intelligent World Drive', que finalizará en enero de 2018. La conducción se realiza a bordo de un automóvil adaptado basado en un Clase S.
En Europa se probará la conducción autónoma por autopista con tráfico congestionado. En China se estudiará el comportamiento en el tráfico denso de una metrópoli como Shanghai. En Australia se probarán los mapas digitales actuales de 'HERE'. La cartografía también será el foco de atención de los tests en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Finalmente, en el área metropolitana de Los Ángeles y en Las Vegas se evaluará el comportamiento en el espeso tráfico urbano, en retenciones y en autovías.
Mientras, el fabricante sueco Volvo desveló su nueva estrategia de desarrollo de vehículos autónomos en el marco de la celebración del Salón de Detroit (Estados Unidos) y donde confirmó que lanzará en 2021 su primer coche completamente autónomo.
Para ello, participa en el proyecto de investigación Drive Me, que cuenta con la participación de una familia de cuatro personas que ha aceptado formar parte de este programa en condiciones de uso real de vehículos autónomos, para lo que usarán coches reales en el tráfico diario de Göteborg (Suecia).
Programa AVA y DeepDrive
Gracias al programa AVA, 'Autonomous Vehicle for All' —conducción autónoma para todos— , el Grupo PSA (Peugeot, Citroën, Opel y DS) lleva desde 2015 realizando pruebas en carretera abierta con coches con funciones de conducción autónoma, que estarán disponibles a partir de 2020.Un ejemplo de nivel 2 de autonomía es el DS 7 Crossback, cuyas primeras entregas se realizarán en enero de 2018. Dispone de funciones de conducción semiautónoma, es decir, que se realizan sin intervención del conductor.
Por su parte, Toyota ha puesto en marcha su nuevo programa CSRC Next, que tendrá una duración de cinco años (hasta 2021) y que contará con una inversión de 35 millones de dólares (unos 31,8 millones de euros) para la investigación en relación con los retos y oportunidades que plantean las nuevas tecnologías asociadas a coches autónomos y conectados.
Precisamente, Toyota, junto a Ford y Volkswagen se han unido para formar parte del proyecto denominado DeepDrive. Este programa, que busca desarrollar el coche autónomo definitivo, financia la investigación para el desarrollo del coche autónomo en carretera en la Universidad de California, en Berkeley.
Los tres fabricantes de automóviles están trabajando con proveedores de electrónica como Samsung, Panasonic, Nvidia, Qualcomm y el desarrollo de la inteligencia artificial para el coche autónomo.
Fuera de este programa, al igual que Toyota, tanto Ford como Volkswagen siguen por su cuenta el desarrollo del coche autónomo. Así, el fabricante alemán presentó en el Salón de Ginebra de este año su visión de la conducción autónoma, a través de su prototipo Sedric. Según la compañía, podrá establecer su flota de coches plenamente autónomos de dos a cinco ciudades distintas de todo el mundo en los próximos cuatro años.
Esto será posible gracias a los próximos cambios legislativos en relación a este tipo de vehículos que se experimentarán en los siguientes meses.
Mientras, Ford probó en 2016 su coche autónomo en nieve. Además, la marca del óvalo ha sido el primer fabricante de automóviles que ha rodado con coches autónomos en MCity. La ciudad simulada MCity es un entorno urbano a escala real que ofrece situaciones de carretera, tales como saltarse un semáforo en rojo, que no pueden recrearse en carreteras convencionales.
En 2021, Ford también tendrá listo su primer coche autónomo de nivel SAE 4, para uso compartido eso sí. Este coche autónomo, según el fabricante, se está diseñando para ofrecer comercialmente servicios de movilidad, como puede ser el uso o el transporte compartido, y estará disponible a gran escala.
Para ello, los tres fabricantes se han fijado tres fechas clave: 2018 (vehículo con conducción autónoma en autopista pero con la vigilancia permanente del conductor); 2020 (vehículo con conducción autónoma en autopista que sólo requiera la alerta intermitente del conductor y que en ciudad sí la requiera de manera permanente); y 2022 (primer vehículo 100% autónomo que no requiera en ningún momento la atención del conductor).
Entre los distintos movimientos para alcanzar dicho objetivo, este pasado verano se confirmó la adquisición por parte de Renault del 35% de la start-up AVS “Simulación del vehículo autónomo” creada con Oktal, una filial del grupo Sogeclair (compañía europea de alta ingeniería con filiales en la industria aeroespacial). Una inversión que desde el fabricante galo esperan que refuerce la capacidad de Renault y de la Alianza Renault-Nissan en el desarrollo y los ensayos de los coches autónomos.
El pasado Salón de Frankfurt sirvió a Renault para dar a conocer el Symbioz, un prototipo de cómo la marca francesa concibe el coche de 2030: eléctrico, conectado y autónomo. Denominado internamente Z33, se concibe junto con el proyecto de una casa, de nombre en código H33, ambos dentro de un proyecto mayor, X33, del que todavía quedarán por desvelar próximamente algunas ideas. Por ejemplo, un prototipo que se podrá conducir durante este año, denominado D33, y que saldrá a la venta en 2023, incorporando, se espera, conducción autónoma.
La Alianza Renault-Nissan con Mitsubishi
Por último, Renault, Nissan y Mitsubishi participan en la 'Alianza 2022', entre cuyos objetivos está que en esta fecha se alcance la cifra de 40 modelos con distintos niveles de autonomía. En dicho objetivo se engloba la intención de convertirse en un suministrador de vehículos de transporte colectivo y de ser un operador principal de servicios de movilidad mediante automóviles robotizados.Para ello, los tres fabricantes se han fijado tres fechas clave: 2018 (vehículo con conducción autónoma en autopista pero con la vigilancia permanente del conductor); 2020 (vehículo con conducción autónoma en autopista que sólo requiera la alerta intermitente del conductor y que en ciudad sí la requiera de manera permanente); y 2022 (primer vehículo 100% autónomo que no requiera en ningún momento la atención del conductor).
Entre los distintos movimientos para alcanzar dicho objetivo, este pasado verano se confirmó la adquisición por parte de Renault del 35% de la start-up AVS “Simulación del vehículo autónomo” creada con Oktal, una filial del grupo Sogeclair (compañía europea de alta ingeniería con filiales en la industria aeroespacial). Una inversión que desde el fabricante galo esperan que refuerce la capacidad de Renault y de la Alianza Renault-Nissan en el desarrollo y los ensayos de los coches autónomos.
El pasado Salón de Frankfurt sirvió a Renault para dar a conocer el Symbioz, un prototipo de cómo la marca francesa concibe el coche de 2030: eléctrico, conectado y autónomo. Denominado internamente Z33, se concibe junto con el proyecto de una casa, de nombre en código H33, ambos dentro de un proyecto mayor, X33, del que todavía quedarán por desvelar próximamente algunas ideas. Por ejemplo, un prototipo que se podrá conducir durante este año, denominado D33, y que saldrá a la venta en 2023, incorporando, se espera, conducción autónoma.