La encuesta, realizada a más de 2.000 adultos en el Reino Unido, Irlanda, Alemania, Francia y España que conducen sus propios automóviles para uso comercial desvela que, de los controles recomendados, el 40% nunca ha comprobado las luces de freno, el 38% no revisa la banda de rodadura de los neumáticos y el 33% no revisa los niveles del aceite del motor. Además, casi un tercio admite que nunca ha abierto el capó del coche.
En este sentido, un tercio de ellos confiesa que espera a que el coche "les avise de que algo anda mal", mientras que el 36% confía en que el taller o las ITV detecten algún fallo. Otro 17% simplemente espera que los coches modernos funcionen sin problemas.
Sin embargo, el argumento de que “los automóviles modernos deberían funcionar sin problemas” parece poco convincente teniendo en cuenta que este mismo estudio señala que casi la mitad (el 44%) de los viajeros de negocios conducen automóviles personales con más de cinco años de antigüedad. Mientras, el 13% usa un vehículo que tiene más de una década y el 7% está utilizando un coche de más de 15 años.
Elementos de seguridad
La encuesta también revela que muchos conductores no saben si su coche tiene el equipo de seguridad adecuado para viajes de negocios. Así, más del 25% no saben si llevan los triángulos de emergencia, el 36% desconoce si tienen gato y un tercio no sabe si portan chalecos reflectantes, aunque estas son algunos elementos de seguridad que son obligatorias en muchos países europeos como España.Por otra parte, el 66% no sabe si su coche tiene una rueda de repuesto utilizable, el 44% no comprueba si tienen suficiente combustible para un viaje y el 61% no planea realizar paradas para descansar cada dos horas.
Rob Ingram, director de alquiler de empresas para Europa de Enterprise Rent-a-Car, ha comentado al respecto que "en toda Europa, muchas empresas permiten a los empleados utilizar sus propios coches para viajes de trabajo. Sin embargo, nuestro estudio indica que muchos conductores no siempre están revisando sus vehículos antes de un viaje de negocios. Es muy probable que las empresas simplemente no sean conscientes de ello, e igualmente, pueden no ser conscientes de las implicaciones que puede tener para su negocio que el conductor se vea involucrado en un accidente debido a la falta de mantenimiento del vehículo”.
Por ello, Ingram aconseja "a todas las empresas europeas con empleados que utilizan sus propios coches que cubran áreas como el mantenimiento de vehículos y las revisiones periódicas de los vehículos personales utilizados para viajes de negocios”.