Entre las causas que provocan el fallo mecánico se encuentran problemas relacionados con la batería, los neumáticos y el motor. Averías que, según el club, se podrían haber evitado con una revisión del vehículo.
De este modo, las baterías, se situaron a la cabeza de los fallos mecánicos que sufrieron los conductores, con más de 34.700 casos en julio y agosto. En segundo lugar, se colocaron los problemas con los neumáticos (pinchazos, reventones, desperfectos en la rueda o robo) con más de 18.000 casos.
Mientras, el tercer puesto lo ocuparon los problemas de motor; el cuarto, los accidentes de tráfico que requirieron la presencia de un servicio de asistencia; y el quinto lugar, fue para las averías con la bomba o los inyectores de los motores diésel.
Por otro lado, los problemas que más crecieron respecto al verano de 2016, fueron los fallos en el pedal del embrague, que aumentaron al doble; los fallos en el filtro de partículas de los motores diésel; los errores en el repostaje de combustible, con casi 1.400 casos y un incremento del 48%; y los problemas con el radiador, que experimentaron un incremento del 41,8%.
Según el club automovilista, el aumento de las temperaturas por la ola de calor sufrida en julio, unido al esfuerzo al que se somete al motor en los largos desplazamientos, y un mayor volumen de carga, provocaron que durante ese mes se produjeran más de 82.000 expedientes de asistencia por desfallecimiento mecánico, un incremento del 13% en las asistencias.
Las averías crecen más de un 10% hasta agosto
Por otra parte, en el acumulado del año (del 1 de enero al 31 de agosto), el RACE señala que ya ha superado el medio millón de asistencias en carretera y en viaje, lo que supone un 11,4% más que durante el mismo periodo de 2016. Por meses, la variación más importante se produjo en el mes de enero, donde los problemas mecánicos aumentaron un 17,8%, y en el mes de junio, incrementándose las averías un 14,8%."Una revisión de los elementos de desgaste, con visitas programadas al taller, reduce el riesgo de avería mecánica en el vehículo, sobre todo ante grandes desplazamientos, en los que se somete al vehículo a un mayor esfuerzo. Además, el mantenimiento periódico mejora la eficiencia del vehículo, reduce los consumos y las emisiones, alargando la vida del coche", concluyen desde el RACE.